Después de algunas dudas sobre donde pasar nuestras vacaciones de verano, decidimos ir unos días a Murcia sin descartar posteriores escapadas por otros lares para rematar nuestro descanso estival.
Los padres de Mercedes tienen un casa en Los Urrutias, y este hecho y que allí pasase Mercedes las vacaciones durante su infancia son los únicos méritos del lugar. Tengo que reconocer que en comparación con otros llamados lugares de descanso tiene la ventaja de no disponer de bares nocturnos, discotecas ni otras actividades industriales bullangueras o escandalosas. Eso si, la vida familiar es muy animada y si se acerca uno al paseo marítimo puede observar niños tan impertinentes como en cualquier otro sitio, pero ni más ni menos.
Como según me hago mayor la fobia endémica a la arena, el mar y el sol se acrecienta, tuve que pensar en algo que me hiciera más soportable las lánguidas tardes de calor y moscas a orillas del Mar Menor.
No tuve dudas al elegir las cometas. Me traje en total cuatro, una en construcción. La más grande es a Rokkaku azul y roja que me regaló Antonio y que por una cosa u otra no había conseguido volar. He traído también la cometa celular que compré por internet. Después de hacer alguna modificación para mejorar, añadí la Delta Conyne que compre a muy bajo precio en Aldi. Y la cometa en construcción es una Rokkaku de diseño propio hecha con materiales sencillos y pesados algo más pequeña que la azul y roja y con la que espero poder volar en vientos fuertes -35 a 45 Km/h.- en el Ampurdán.
Desde el primer día localicé una palmera bastante alta, visible desde la casa y que me señala como una manga la intensidad del viento. No he faltado ni un día a mi cita con la fotografía desde las cometas y he hecho algunas fotos medianamente interesantes que he ido subiendo a Flickr desde la cafetería cercana donde me conectaba a la wifi mientras tomaba sendos cafés con hielo.
Las cometas han dado resultados diversos pero casi todos buenos, con vientos flojos y suaves entre 3 y 6 m/s. Algún día se han mostrado remolonas a la hora de subir la cámara,formando un amplio vano en el hilo y otros han estado bailando de un lado a otro como si amenazaran a lanzarse contra el suelo de un momento a otro, pero en general estoy disfrutado bastante volando las cometas y viendo las fotos que disparan desde la cámara GoPro suspendida de la cometa.
La cometa celular tiene un vuelo noble y estable y la Rokkaku, con el viento adecuado se queda en el cielo como dicen los expertos en cometas ‘como clavada con una chincheta’. A la Conyne le esperan algunas reformas que no he podido hacerle, aunque ha volado sin muchos problemas.
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