La catapulta

A veces hay extrañas situaciones difíciles de imaginar, pero cuando conoces el proceso que te ha llevado a ellas, comprendes que el natural devenir de la vida te llevaba a ellas de forma natural y difícilmente evitable.
Las mujeres suelen decir que los hombres somos como niños grandes. En mi caso tengo que discrepar en una parte sustancial de esa afirmación: Creo que sobra por completo la palabra “como”.
Reconozco que en muchos aspectos soy como un niño, disfruto como un niño y me siguen gustando los juguetes como cuando era un niño con la diferencia que ahora puedo hacer las pruebas y experimentos que entonces me estaban vedados. Si uno sabe como controlarlo, es mucho más divertido, y si no sabe como controlarlo, frecuentemente no es consciente de ese pequeño detalle.
Creo que soy una persona afortunada y no entiendo como otros renuncian a divertirse y eligen vivir solo la parte más aburrida de ser mayor. Quede claro que para mi se trata de un paquete completo: Las responsabilidades, el trabajo, la familia, los achaques,…pero también la libertad, la curiosidad, la diversión, algunas respuestas y nuevas dudas. Es la vida.
Filosofía aparte, voy a intentar haceros seguir el recorrido que nos va a llevar a experimentar con una catapulta en miniatura.
Pep es un colega de Twitter. No le conozco personalmente, pero le sigo en Twitter por lo que se sigue a la gente en Twitter: cuenta cosas interesantes o divertidas o ambas o apunta direcciones o eventos que me sirven de advertencias para leerlos o seguirlos.
Parece ser que algo tiene que ver con una web que se llama “No puedo creer que lo hayan inventado” y que se dedica a descubrir curiosidades y los artefactos más inverosímiles, esos que , precisamente, te hacen pronunciar el nombre de la web.
El otro día Pep estaba exultante porque ahora tienen una tienda para vender todas esos juguetes frikis típicos que venden en ThinkGeek y otras tiendas de ese estilo, casi siempre allende los mares. A mi me gustó la idea porque muchas veces he visto cosas -juguetes- maravillosas pero la distancia, los gastos de envío y el lio de si pasa o no la aduana me han echado para atrás, aunque cuando he comprado algo en Estados Unidos normalmente me ha llegado muy rápido y bien. De todas formas creo que ThinkGeek no hace envíos a España. Debe ser por si transferimos la tecnología a Cuba.

Mini Weapons of Mass Destruction

Me puse a comparar sus productos con los de esa tienda americana y así llegué a libro Mini Weapons of Mass Destruction. Y me quedé prendado. Sobre todo por el diseño de la portada, una catapulta en miniatura hecha con material de circunstancias, pero también por las fascinantes promesas de artilugios ingeniosos y divertidos cuya construcción y uso debe proporcionar horas y horas de diversión. .
Si se me permite el inciso y ahora que me acuerdo, hoy es mi santo, así que si alguien tiene capricho por hacerme un regalo, este libro sería un detalle muy celebrado.
No disponer de un libro no iba a privarme del placer de desarrollar una mini-arma de destrucción masiva (o quizás debería decir mínima) así que me puse manos a la obra.
Una vez explicado el proceso, espero que el lector comprenda que la extraña situación de la que hablaba al principio no es tal, sino simplemente algo inevitable, consecuencia de las circunstancias y que mi condición de adulto responsable no podía evitar, sino que debía acometer a conciencia. Y así lo hice. Pero los detalles técnicos, los contaré mañana.

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