Creo que como mi blog es poca cosa y no lo lee casi nadie, puedo decirlo: Los microsiervos son una mala influencia. No es que sean malos, ni viciosos ni anden en malas compañías. No se trata tanto de una cuestión moral como de salud. Lo siento por mi amigo Wicho, que me perdone, pero tengo que recomendaros que no leais microsiervos.
Aparentemente se trata de un blog sobre temas científicos y tecnológicos, pero así, poco a poco, te enganchas y tu productividad se resiente. Si trabajas a destajo, ¡ni te acerques!, el pan de tus hijos peligra.
Insidiosamente, entre viajes de la lanzadera espacial, curiosidades de la ciencia, algo de fotografía y diseño web, ¡ZAS! un artículo sobre juegos, o sobre curiosidades…y sin darte cuenta te lo miras, te intriga, decides dedicarle algo de tiempo y …acabas perdiendo el tiempo irremisiblemente, de forma hiper-mega-giga-desproporcionada a tus expectativas, te vas a dormir avergonzado, a las tantas de la mañana y cuando al día siguiente la parienta te pregunta «¿que hacías anoche, que te acostaste tan tarde?«, te pones colorado, como cuando de pequeño salias del retrete y tu madre te preguntaba «¿que hacías ahí tanto rato?«, ¡Que verguenza!, perdiendo el tiempo como un niño, ¿como vas a contar lo que hacias?. «Contestando al correo«, mientes.
Porque no es verdad. Los microsiervos siembran los vientos y tu cabalgas las tempestades, que hunden tu productividad y tu equilibrio en un proceloso mar de entretenimientos a cada cual más adictivo.
Hay que buscar un remedio. El primero, no leáis microsiervos. Ni por correo, ni por lectores de titulares, ni nada de nada. Cuando pase un día sin que hayais caido en la tentacion, repetid por la mañana: «Soy un microsiervo que hace un dia que me he liberado«. Añadir días a la cuenta os reconfortará y os hará olvidar los hipotéticos placeres que os esclavizaban.
Si crees que un familiar tuyo ha caído en esta adicción, puedes formar un grupo de apoyo, si ves un compañero de trabajo leyendo en el trabajo los Microsiervos, pero cuando le preguntas dice que consultaba la Wikipedia, ¡cuidado! está grave y puede contagiarte, si a la hora del café alguien dice «…pues he leido en internet…«, no sigas escuchando, deja el café, tira el pitillo, guarda la petaca y traga rápido las «pastis», ni se te ocurra sacar el espejito y los polvos en ese lugar: ya lo harás en el despacho, ¡huye!, no esperes a ver si nombran al maligno.
Yo era como tú. Pero tuve una revelación. Un día creí estar leyendo en Microsiervos un artículo sobre gráficos de alta resolución. Resultó que era un juego, una modalidad de Tetris. Seguí adelante porque decía que era muy aburrido, que cada linea podía costar eliminarla una media de quince minutos. Seguro de mi capacidad para gobernar mi tiempo y mi voluntad, hice click en enlace. «Solo para ver como es«, me dije. Craso error.
Primero parecía curioso ver caer aquellas piezas como en un Tetris, pero a lo ancho de la pantalla, tan pequeños, ¿Cual sería la mejor política para avanzar en el juego, ¿acumularlas en un lado?, ¿ir recorriendo la fila de izquierda a derecha?, ¿colocarlas en el lugar que cayeran?. De pronto una ficha se colocó mal, dejando un hueco. ¡Maldición!, ahora había que cubrir toda esa linea para eliminar la siguiente. Mientras estaba colocando fichas vi una estructura. Era bella, era magnifica, estaba viva y crecía como una planta.
Hipnotizado, solo pude seguir allí, observando como crecía y crecía, colocando cuidadosamente cada pieza, formando aquellas ramas fascinantes que crecían como las cabezas de la Hidra de Lerna devorando mi tiempo y mi voluntad. Más de cinco horas después tenía ante mi una imagen fascinante una zarza ardiente en la que se leia ‘Game Over‘ y lloré. Mi vida yacía perdida a los pies de aquel monstruo surgido de los abismos de la red y allí mismo comprendí la naturaleza maligna de los calabozos de los microsiervos donde abrimos nuestra mente a fascinaciones hipnóticas, donde encerramos nuestra voluntad y donde muere nuestra productividad. ¡Cuidado!, yo era como tú, pero he visto la luz: No leas Microsiervos.
Pero que conste que lo hacemos sin mala intención, ¿eh? ;-P
No sé, no sé…
:-o