Los habremos visto en numerosas películas de guerra, quizás sin prestarles demasiada atención. Los hemos visto en nuestras instalaciones militares como material procedente de la ayuda americana o formando parte de las instalaciones americanas en España, aunque hace ya un tiempo que están en desuso.
Se trata de unos barracones de chapa ondulada y forma semicilíndrica, con el acceso en su extremo plano semicircular y algunas veces dotados de ventanas rectangulares en los laterales curvos y ventilación en la parte superior.
Yo los había oído nombrar como barracones tipo «conset» o «Konset», pero la grafía correcta del nombre es Quonset, que aunque en principio pensé que era el nombre de la empresa que los diseñó, resultó ser el de la «Quonset Naval Air Station«, la base militar de la marina norteamericana donde se instalaron los primeros barracones de este tipo.
Al equipo de diseño inicial se le indicó que tomase como punto de partida el barracón británico «Nissen», una estructura de acero prefabricada hecho de una superficie semicilíndrica de acero corrugado. Diseñado durante la Primera Guerra Mundial por el ingeniero e inventor británico de origen estadounidense Peter Norman Nissen, teniente coronel del Real Cuerpo de Ingenieros Británicos. El barracón «Nissen» podía utilizarse para una variedad de funciones y era algo más impermeable a la lluvia que una tienda de campaña. Aunque simple en concepto, su construcción requería más trabajo del que era práctico en ocasiones.
Los requerimientos de diseño eran que el edificio tenía que ser económico en el uso de materiales y tenía que ser portátil, una cuestión importante para la logística de transporte militar.
Las primeras cabañas Quonset se fabricaron en 1941, cuando la Marina de los Estados Unidos necesitaba un edificio liviano y de uso múltiple que pudiera enviarse a cualquier lugar y ensamblarse sin mano de obra calificada. Los fabricó la constructora George A. Fuller, y el primero se produjo dentro de los 60 días posteriores a la firma del contrato.
Con la entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial tras el ataque a Pearl Harbor la producción de barracones se desarrolló con la economía de guerra y al finalización de la contienda unos 153.000 barracones habían viajado a todo el mundo con las fuerzas militares norteamericanas que les habían dado más de 86 usos diferentes.
Briefing de misión en la Segunda Guerra Mundial ante un barracón Quonset
Después de la Segunda Guerra Mundial, las cabaña Quonset se convirtió en un fenómeno arquitectónico inesperado. Los Estados Unidos se convirtieron durante las décadas de 1940 y 1950, en una nación en rápida expansión. Tras su uso militar y fabricación masiva durante la guerra, los barracones Quonset respondían a la necesidad de construcciones baratas, rápidos y fáciles de construir.
Según el libro «Quonset Hut: Metal Living for a Modern Age«, un «Quonset fue responsable del nacimiento del «sonido Nashville» hasta la sede de la campaña de Gerald Ford para el Congreso en 1948, pasando por una infinita variedad de encarnaciones que incluyen bares, cines, aulas, supermercados, restaurantes y lugares de culto».
A España estas construcciones llegaron con el establecimiento de bases norteamericanas en los años cincuenta y actualmente quedan muy pocos de estos barracones, que ya empiezan a formar parte de la historia y se debería pensar en preservar alguno, incluso aunque hubiera que restaurarlo o rehabilitarlo, para que pueda ser admirado en un museo. No solo por su interés en el marco de la historia militar, sino también en la historia del diseño o la arquitectura efímera.
En el Escuadrón de Vigilancia Aérea número 4, ubicado en el collado y en el monte Paní, entre Roses y Cadaqués, hubo, al menos, tres barracones de este tipo. Habían servido de alojamiento a la tropa española mientras se construía para ellos un edificio de acuartelamiento, ya que las instalaciones construidas por los norteamericanos, las ocupaba el personal de la USAF.
Probablemente hacia 1978, cuando se decidió construir una valla perimetral en la Colonia de Aviación de Figueres a fin de dar seguridad a las viviendas del personal de Aviación frente a la amenaza de los atentados de ETA, se estableció en el recinto una guardia de seguridad. A fin de alojar al personal que prestaba ese servicio, se instaló en la Calle del Aviador Collar, a continuación de la cochera, uno de los barracones Quonset.
Años después cuando la guardia de seguridad fue suprimida el barracón se destinó a diversos usos, entre ellos y según yo recuerdo, el último fue el de aula para las sesiones de catequesis de la parroquia de Nuestra Señora de Loreto.
De los dos que quedaron en el asentamiento, uno de ellos quedó destruido al quemarse en un fuerte incendio forestal en 1986. Su compañero se alzaba en una ubicación paralela y era utilizado como almacén de material en desuso. Allí había mangueras, bombas de agua y otros útiles para la lucha contra incendios, una máquina amasadora que había prestado su servicio en la cocina y otros trastos. Durante un vendaval de viento en el que se calculó que la velocidad del mismo había superado los 180 Km/h y que destruyó una de las torres de comunicaciones, el barracón se levantó por los aires y fue a parar, con todo su contenido, a unos ochenta metros de su ubicación, al otro lado de la valla perimetral. El soldado de puesto en el control de subida pudo observarlo y fue tal la impresión que cuando al relevarlo le preguntaron que por qué no había dado novedades al sargento de guardia, dijo; «si hombre, para que piense que estoy bebido!».
Destruidos los dos barracones del asentamiento en el «coll de Peni», el último que se conserva es el de la antigua colonia de Aviación en Figueres. Se encuentra en un estado que todavía es recuperable y está amenazado por las reformas previstas con la reordenación urbanística de la zona. Como parte de nuestra historia, y por su interés cultural y arquitectónico, es un monumento que debería ser preservado.
Nota: La primera versión de este artículo data de 2014. Desde entonces he recopilado información y buscado fotografías sin acabar de rematarlo. También he intentado que el Ejército del Aire tome medidas para preservar esta parte de su historia, pero en años de restricciones económicas y grandes necesidades, es difícil encontrar fondos para la historia.
Los datos técnicos e históricos generales para este artículo los he encontrado en el libro «Quonset Hut: Metal Living for a Modern Age«, citado en el texto.
El pasado día día 3 de julio de 2024 el semanario «L’Empordà» de Figueres publicaba un interesante artículo sobre el barracón Quonset de la colonia de Aviación, firmado por Sònia Fuentes y titulado «La cabana dels americans Quonset Hut sobreviu a Figueres«, lo que me ha animado a rematar mi artículo y por fin publicarlo en el blog.