Mirando al Cielo

Portada Ha pasado por mis manos el libro «Mirando al Cielo«. Según cuenta en el mismo, con motivo del centenario, el Ejército del Aire quería hacer un libro institucional. En realidad, lamento decirlo, pero mi amigo Marcelino tiene razón y lo que tenemos es «otro libro de fotos de aviones».

Los autores son insignes historiadores, lo que en el ámbito de la historia aeronáutica se conoce como «las vacas sagradas» y su trabajo es tan respetable y de la calidad que suele serlo, pero a mi modo de ver lo que falla en el libro es el planteamiento y el conjunto. No deja de ser una actualización del libro «Aviones Militares Españoles 1911-1986» con una composición, color y diseño más actual y algún añadido sobre otros elementos del Ejército del Aire, además de los aviones, que sabe a poco y resulta incompleto.

La historia del Ejército del Aire y de la aviación Militar en general queda descompensada. «Desde la guerra civil a la aviación actual» es el titulo de un solo capítulo y quizás con eso está todo dicho. Los paracaidistas finalizan su aparición con la disolución de la Primera Bandera Paracaidista y la creación de la unidad de Zapadores, sin mención, por ejemplo, a su conversión en Unidad de Operaciones Especiales o al EADA.

De la red de alerta y control no se hace mención y de otras unidades como el Grupo de Control Aerotáctico o el Grupo de Transmisiones tampoco se habla. Ni el INTA ni las Maestranzas, ni siquiera el Cuartel General ha merecido comentario. Puede que el libro, en aplicación literal de su título, solo trate de mirar al cielo y olvidar todo aquello que no vuela, pero hay otros detalles que indican que hubo al menos un intento de lo contrario.

PortadaAunque todas las comparaciones son odiosas, ocurre que también he tenido ocasión de leer el libro institucional de l’Armée de l’Air, titulado «Des Ailes des Hommes» y que le saca varios cuerpos a este que comentamos. Desde la calidad del papel a la estructura y desde luego apoyado en unas fotografías especialmente cuidadas, específicamente tomadas en su mayoría y de una calidad excepcional, el libro francés da una imagen espléndida y actual de su fuerza aérea.

Aquí seguimos pensando que los euros son a sesenta céntimos y que en cuestiones de imagen podemos salir del paso con cuatro perras y quedar como señores. Se pueden hacer las dos cosas, pero no al mismo tiempo.

Por cierto, en cuanto tenga ocasión -y sepa el precio- me compraré el libro. A mi también me gustan los libros de fotos de aviones y no se publican tantas cosas de aviación en España como para perderte una, … y este es el sino de los aerotrastornados.

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