He repetido varias veces que coincido plenamente con Forrest Gump en aquel momento de la película en el que afirma que «tontos son los que dicen tonterías».
Demasiada gente inteligente olvida con frecuencia esta afirmación y sucumbe a la tentación de repetir una información dudosa. Cuando se demuestra que era una tontería, ¿como queda el prestigio del mensajero? Hay que ser inteligente de verdad y esforzarse un poco para no parecer tontos.
Uno de los barbarismos más populares de la actualidad es el término fakenews o noticias falsas [1], que se asocia, aunque no es en absoluto lo mismo, con la «postverdad». Su diferencia fundamental usando —ya que estamos donde estamos— símiles militares sería decir que publicar noticias falsas es una acción ofensiva, mientras que la postverdad o manipular una información para dar una versión favorable a nuestra posición es una acción defensiva.
Tal y como afirma en un excelente artículo Joaquín MüllerThyssen Bergareche, periodista y profesor de la Universidad Internacional de La Rioja, «la gran diferencia de la posverdad con respecto a la mentira radica en la disponibilidad del individuo a aceptar el engaño». Por eso señala que nosotros mismos somos el principal elemento de la postverdad. El engaño depende de nuestra disposición a aceptar ser engañados y aun a servir de altavoces de la mentira.
Nuestra mejor defensa es adoptar una actitud crítica. Algo que por otra parte debería ser la principal enseñanza de la escuela: el proceso para formarnos un criterio, diferenciando lo creíble de lo dudoso y de lo increíble.
La tecnología, que nos trae el engaño, también nos da herramientas para analizar la información. Siempre he recomendado un uso intensivo e inteligente del omnipresente buscador, aunque, si no queremos dejar huella, tenemos otras opciones como duckduckgo.com, el buscador que no registra ni comercia con nuestras búsquedas.
Pero además del buscador hay páginas más específicas que se dedican a investigar y desmentir o confirmar bulos. En español tenemos una de calidad, denominada Maldita.es.
Se trata de un proyecto periodístico iniciado por Julio Montes y Clara Jiménez Cruz cuya finalidad es proporcionar a sus lectores «herramientas para que no se la cuelen». Además de analizar las redes sociales y la información que proporcionan los llamados Maldit@s (usuarios de la web), la web analiza el mensaje aplicando técnicas del periodismo de datos para su verificación. Tiene diversas secciones, como Maldita Hemeroteca, Maldito Bulo y, la más reciente, Maldita Ciencia para combatir diferentes tipos de informaciones falsas desde diversos flancos.
Por su labor, Maldita Hemeroteca fue galardonada con el Premio José Manuel Porquet de Periodismo en 2015 y finalista del European Press Prize 2016. Además, Maldito Bulo también fue finalista de este mismo premio en 2017. Una herramienta muy recomendable, porque usarla puede evitar que parezcamos unos malditos tontos.
Este artículo fue publicado por primera vez en Septiembre de 2018 en «Revista de Aeronáutica y Astronáutica» Sección «Internet y tecnologías de la información» del nº876, pág. 701.
[1] Últimamente se ha recomendado sustituir el término «Fake news» por «desinformación», considerando que el término inglés o su traducción se utilizxaban de forma imprecisa y de orma excesivamente pródiga.