En el trabajo, el jefe es siempre un factor importante. De él depende en gran medida que el ambiente de trabajo sea agradable, que se reconozcan nuestros méritos y por ende nuestras posibilidades de promoción. Ejercer la autoridad no es fácil y no todos los que ejercen la autoridad están capacitados para ello. Pero también es muy humano echarle las culpas a los demás. ¿La culpa es realmente del Jefe?¿Estamos nosotros cumpliendo con lo que se espera de nuestro trabajo?
He encontrado -en un blog sobre gestión de empresas- un artículo en que explica lo que los jefes competentes esperan de sus empleados. Observar que son reglas aplicables a los jefes competentes. Si tu puesto es el de jefe, aplícate el cuento.
1. Cumple tu palabra. Si vas a hacer una cosa, hazla, si no la vas a hacer no digas que la harás o que lo harás mas tarde. Decir la verdad y no poner excusas te hace confianble.
2. Sorpresas, jamás. Si hay algo que guste menos a un jefe que las malas noticias, eso son las sorpresas. Por gordo que sea el marrón, cuéntaselo cuanto antes.
3. Conoce los detalles. Cuando el jefe pregunta detalles tienes que saberlos, es tu trabajo, pero si no lo sabes no te lo inventes. Ves a averiguarlo y procura que eso no suceda frecuentemente.
4. Tómate el trabajo en serio. Los jefes aprecian a las personas que realmente se preocupan por lo que hacen y conocen su trabajo. El trabajo bien echo ahorra tiempo a los demás y dinero a la empresa.
5. Respalda a tu jefe. Si crees que tu jefe va a equivocarse, díselo. Que sea de forma clara y bien argumentada. Si aun así decide otra cosa, procura hacerlo exactamente como dice, sin importar que pienses que se equivoca.
6. Da soluciones no problemas. Nunca pongas de manifiesto un problema a menos que tengas una solución o estés dispuesto a seguir estrictamente el consejo del jefe.
7. Usa lenguaje claro. Los jefes están muy ocupados para captar las sutilezas, descifrar siglas o resolver adivinanzas. Expón siempre las cuestiones con frases breves, bien construidas y claras.
8. Conoce tu auténtico trabajo.Independientemente de lo que dice la descripción de tu puesto de trabajo, tu verdadero trabajo es hacer que tu jefe triunfe. No hay excepciones a esta regla. Ninguna. Y, por cierto: verdadero trabajo del jefe es hacer que tú triunfes. La inversión de estas prioridades es la fuente de casi todos los problemas de organización.
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