Ryanair, manipulación y sesgo

wingletPodríamos escribir ríos de tinta sobre que es la realidad, la verdad y la mentira y el sesgo y la manipulación de la información. Realmente creo que no hay ningún área de la comunicación ni de la vida social que se libre de esa tendencia a despreciar el valor de los hechos y el uso de la lógica para formarse un criterio, pero las áreas más afectadas son siempre sin duda donde se mueven intereses económicos más importantes. Detrás de las informaciones interesadas siempre está el dinero. Si hay intereses económicos en juego, hay que desconfiar con más intensidad de las afirmaciones que se hacen, especialmente de las dirigidas por los medios para «formar la opinión pública».
A mi modo de ver, sobre Ryanair solo hay una verdad globalmente aceptada por propios y extraños: Su propietario y presidente es un payaso, si se le califica con benignidad y un gilipollas integral si se quiere ser algo más estricto. Pero ese tema, por regla general, no suele ser relevante en la discusión que suele plantearse a renglón seguido.
La manipulación usa como palanca sentimientos hondamente arraigados en nuestra mente, como en el instinto de muchos otros mamíferos: territorialidad, propiedad, supervivencia.
Los argumentos del tipo «los extranjeros nos roban y amenazan a nuestros hijos» siempre tienen un eco porque tocan fibras muy profundas. Provocan una reacción al margen de cualquier razonamiento y por eso son tan difíciles de rebatir o contrarrestar.
Por eso cuando se utilizan estos argumentos sin unos datos fiables que los respelden hay que sospechar y como dice el tópico «buscar la pista del dinero». Quien hace esa afirmación ¿es parte interesada?.
Hay un fenómenos que no es nuevo en el transporte aéreo que es el de las llamadas LCC ó compañías de bajo coste. Su filosofía es cobrar solo por lo que ofrecen, facturando separadamente cada uno de los servicios que tradicionalmente ofrecían las compañías aéreas.
El fundador de este sistema lo resumía en la frase «si quiere cacahuetes, pague cacahuetes».
En la aviación se barajan sumas de dinero inmensas, porque los aviones cuestan mucho dinero y las cantidades que se mueven alrededor de las operaciones de vuelo son también astronómicas.
La entrada en el mercado de las compañías de bajo coste ha supuesto una pérdida de pasajeros para las compañías tradicionales, pero también ha supuesto un incremento importante en el numero de viajeros, de forma que solo una parte de los clientes de las «nuevas» compañías son antiguos clientes de las tradicionales.

GRO

Para mi es evidente que todo el sector se transformará a los modos comerciales de las LCC: pagar por lo que se consume. Por que las leyes de la economía dicen que bajar los precios aumenta la demanda.
Pero las compañías tradicionales ven peligrar sus sustanciosos ingresos y pasar de «compañías de bandera» a un mercado de cielos abiertos, competencia y ajuste de márgenes. Una perdida de glamour importante que afecta desde los empleados a los accionistas.
Es obvio que sus diatribas contra los procedimientos de la competencia están condicionadas por sus propios intereses. En ese sentido no han dudado en acusar a Ryanair y a otras LCC de amenazar la seguridad de los cielos y jugar con la seguridad de los pasajeros o de explotar a sus empleados.
No voy a entrar en discutir cada una de esos argumentos que encajan perfectamente en el modelo «…esos extranjeros ahorran dinero para amenazar su seguridad» solo quiero expresar mi sorpresa por los ultimos lances de esta batalla de información.
Primero vino la campaña del «cortos de combustible». ¿De que se acusa a Ryanair?. De cargar el mínimo combustible para no transportar peso muerto. Se dice que eso atenta contra la seguridad. Pero existen unos mínimos marcados por la Ley y Ryanair dice cumplirlos. Lo cual debe ser cierto pues no ha sido sancionada por no hacerlo.
Hasta ahí disputas entre compañías. Pero de repente el ministerio entra en liza y empieza a dar pábulo -bastante torpemente, por cierto- a los argumentos de las compañías tradicionales. ¿Por qué?.
Si Ryanair incumple la Ley, lo único que hay que hacer es inspeccionarla y sancionarla, esa es la función de la administración, hacer cumplir las normas sin necesidad de declaraciones. Y si cumple la ley pero el ministerio cree que lleva poco combustible, lo que tiene que hacer es elevar el mínimo.
¿Alguien se imagina recibir una sanción de tráfico por ir a 110 Km/h en una tramo limitado a 120 Km/h?
Como parece ser que algunas compañías de las «nuestras buenas» han tenido alguna situación embarazosa de esas de las que acusaban a las «baratas antipáticas», esta semana cambió la canción y hemos podido ver que malos son que te cobran 100 euros por llevar una ensaimada en el avión. Personalmente me ha hecho reír esa información pues el pasado día 27 viajé de Palma de Mallorca a Girona con Ryanair y llevaba mi maleta como equipaje de mano y una bolsa con dos ensaimadas como bulto adicional sin pagar ni un céntimo más.
La cuestión está en si sabes que es lo que estás comprando y cuales son las condiciones del contrato. Bueno, y no ser gilipollas, porque yo antes que pagar 100 euros habría repartido la ensaimada con los otros pasajeros de la cola, «perdiendo» solo los 15 euros que pueda costar el dulce. Seguro que me habrían hecho la ola.
En las compañías «tradicionales», el trato es muy diferente. De entrada, todos los pasajeros pagan cien euros más, lleven o no lleven ensaimada. Luego, si la llevan, les reciben con una sonrisa. ¡Cuanta amabilidad!.

Esta entrada ha sido publicada en Aerotrastorno y etiquetada como , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

Una respuesta en “Ryanair, manipulación y sesgo

  1. Pingback: Bitacoras.com

Los comentarios están cerrados.