Siniestro es según el DRAE, «Daño de cualquier importancia que puede ser indemnizado por una compañía aseguradora». Las compañias de seguros tienen como origen una operacion estadística que consiste en repartir el riesgo de sufrir un «Suceso que produce un daño o pérdida material considerable» entre todos los que se exponen al mismo. El seguro es un mecanismo de solidaridad al mismo tiempo que de garantia y seguridad.
La compañía de seguros lo único que hace es gestionar la recaudación de las cuotas y el pago de las indemnizaciones. Por este trabajo es justo que reciba unos beneficios después de compensar los daños y pagar los gastos de la gestión. Per actualmente las compañias de seguros se han convertido en ususreros tramposos cuya finalidad parece ser recaudar el máximo número de primas y pagar el menor número de indemnizaciones, con los recursos más rastreros y amparados en las grietas o socavones de la legislación que el estado lejos de reparar descuida y a veces uincluso agranda.
Los ejemplos que pueden citarse son muchos, y al margen de su legalidad, (no siempre clara, incluso para esta legislacion hecha a la medida de las compañías y no de los ciudadanos) la lógica más elemental muestra su carácter perverso.
El primer gran fraude consiste en realizar descuentos a base de rechazar a los conductores más propensos a siniestros, sobre todo cuando se considera siniestro cualquier tipo de comunicacion con la compañia, incluida las reclamacion de daños causados por un tercero. Al obrar asi las compañias hacen trampa ya que intentan eludir el costo principal de su función y el objeto de su existencia. Si los clientes no tienen siniestros, todo es ganancia, pero sin siniestros ¿quien necesita una compañía de seguros?.
Podríamos seguir con una relación inagotable de prácticas viciadas, como cobrar la misma prima año tras año por un seguro a todo riesgo, a pesar de que en caso de sisniestro total el importe de la indemnización no cubre el importe de un coche nuevo o incluso en el mismo estado, sino su valor venal; que en la reclamación de daños desisten de la misma si la consideran de ‘dudoso cobro’ pero no indemnizan al cliente por esta desistencia ¡ni siquiera devolviendo el importe de la prima pagada!, que su servicio de defensa jurídica representa sus intereses, lo cual puede llegar a límites grotescos en caso de accidente entre dos clientes de la compañía.
A mi modo de ver la guinda la pone el propio estado que en la legislación recoge que entre las funciones del Consorcio de Compensacion de Seguros está la de asegurar a aquellos clientes a los que las aseguradoras no quieren asegurar, pero esto rara vez ocurre puesto que las aseguradoras no desisten, sino que ofrecen precios astronómicos para los jóvenes o los inexpertos por lo que el Consorcio se desentiende de estos. En realidad lo que el estado debería garantizar, por la seguridad de todos los usuarios de la via pública es que nadie circula sin seguro y el Consorcio debería estar obligado a asegurar con el segguro obligatorio a cualquier ciudadano que lo solicitase, mediante una tarifa mínima y fija tambien para el resto de las compañías.
Pero eso seriá en el reino de Utopía….Allí no tendrían objeto las asociaciones de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros o de Consumidores y Usuarios. Aqui son uno de los pocos paños de lágrimas y paraguas que le quedan al sufrido ciudadano.