Se ha publicado en diarios, blogs y otros sitios de internet, pero no puedo resistirme a comentar la metedura de pata monumental, el inmenso ridículo que han cometido los descerebrados encargados de la seguridad del Aeropuerto internacional de Seattle-Tacoma (SEA-KSEA) que retuvieron a un niño de cinco años porque su nombre aparecía en una lista de alias de terroristas.
El aeropuerto de Sea-Tac tuvo 340058 movimientos de aeronaves en 2006 que transportaron a 29979097 pasajeros en el año 2006, según la web del propio aeropuerto. En medio de tantas identificaciones, un error no resulta significativo y sería irrelevante de no ser por la causa que lo motiva y lo absurdo de las circunstrancias.
Como especialista en seguridad, me sorprende que en un país donde no existe un documento nacional de identidad porque se supone que es un atentado contra la privacidad y sería como ‘fichar’ policialmente a todos los ciudadanos, una simpl lista de nombres falsos sirva como filtro de seguridad. Hay que recordad que tampoco existe el segundo apellido, lo que aumenta la probabilidad de coincidencia. Si un terrorista usase el alias de José García, miles de compatriotas nuestros y miles de hispanos de todo el mundo quedarían bajo sospecha y podían tener problemas en las aduanas de los Estados Unidos.
Eso es algo que le ocurre a muchos viajeros todos los días, como denuncian en el Washington Post y tal como pudo comprobar el profesor de jurisprudencia Walter Murphy al intentar tomar un vuelo de American Airlines. El profesor sospecha estar en la lista por haber manifestado su opinión crítica a la administración Bush. Resulta sorprendente que en un pais que se vanagloria de ser la panacea del estado de derecho y de la democracia un ciudadano versado en derecho piense que puede haber sido puesto bajo sospecha o vigilancia especial por criticar al gobierno. ¿Existe la democracia en los Estados Unidos?
En clave de humor hay que pensar que los paranoicos del «Homeland Security Departement» incluyeron al profesor creyendo que se trataba de su homónimo Edward A. Murphy, célebre creador de la famosa Ley de Murphy y que lo hicieron en la creencia popular que el tal Murphy era un gafe irredento, algo completamente absurdo para cualquiera que conozca el auténtico origen de la Ley de Murphy.
Abusos como estos se realizan a millones cada día en todo el mundo en nombre de la seguridad. Esta es una de las mayores mentiras que los políticos de infinidad de países cuentan a sus ciudadanos, porque esas medidas estúpidas no sirven absolutamente para nada, salvo para restringir la libertad de los ciudadanos y echar una cortina de humo sobre las responsabilidades de los gobiernos y de los políticos. El misterio es porqué los ciudadanos declinamos nuestra cuota de soberanía y tragamos. Es por miedo. Nos amedrentan con escenarios apocalípticos de atentados, bombas y muerte. Y eso aunque lo hagan los gobiernos o los servicios de seguridad, es la primera acepción de terrorismo.
No son las únicas medidas inútiles tomadas para ‘evitar el terrorismo’. Listas de nombres, líquidos en aviones, mochilas en museos…
O soy muy perverso, o se me ocurren mil formas de hacer las cosas sin necesidad de todo eso… pero eso, es otra historia ;-)