Me cuenta un amigo que necesitaba un reconocimiento médico. Le dijeron que necesitaba un impreso que tenía que comprar en un estanco y acudir con él al médico. Asi lo hizo y se presentó en el CAP de su ciudad.
Tras el examen, el facultativo le firmó el impreso y se lo devolvió. Como mi amigo había oído que había que pagar algo, pero no sabía exactamente ni cuanto, ni donde no como, se lo preguntó al médico.
El galeno le contestó: «Hay que pagar 12 euros abajo en recepción, pero yo le aconsejo que se meta el papel en el bolsillo y salga sin decir nada …que es lo que hacen los moros».
Y como me lo contaron lo escribo. Yo respeto mucho a todo el mundo y más a los que están necesitados, pero estamos llegando a la paradoja de que los que pagamos y tenemos educación y civismo, por lo menos intentamos comportarnos como si así fuera, nos sentimos como los tontos de la película. Y es que no hay nada como la igualdad: «O todos moros, o todos cristianos».