En Sant Pierre dels Forcats la parcela adyacente al edificio donde tenemos el apartamento está ocupada por una casa de madera y piedra que parece extraída del libro de Heidi. Como el abuelo de Heidi vivía acompañado de ‘Niebla‘, nuestro vecino tiene un perro de raza indeterminada pero de unas características excepcionales.
Como fiel guardián pasa horas en el acceso principal de la casa. Aunque parezca lo contrario, la cadena no es en absoluto para evitar que se escape. Su fidelidad es tal que él nunca lo haría.
En un ejemplo del amor que los animales pueden profesar por sus dueños, el perro de mi vecino pasa horas junto a la parada del autobús, imperturbable a pesar de las bajas temperaturas, haga sol, llueva o nieve.
Lo más destacable de este perro es que jamás ladra ni deja sus excrementos delante de nuestra puerta, algo de lo que podrían aprender los perros que pasean a sus amos por delante de nuestra casa en Figueres.
Aunque no hemos podido determinar con exactitud su raza, se trata sin duda de alguna raza de montaña, pues su blanco pelaje indica siglos de adaptación al ambiente alpino al tiempo que sus espléndidos pectorales indican su excelente estado de forma consecuencia del hábito de corretear por las montañas aunque su docilidad es tal que puede pasar horas inmóvil, pendiente única y exclusivamente de la tarea asignada.
Aunque solamente con la foto es dificil de determinar la raza, podría decir que la más parecida que existe en la realidad es la del dogo alemán o gran danés, conocido como el Apolo de los perros. Por esa zona son muy típicos los mastines del pirineo, montaña de los pirineos, etc, pero se trata de perros más corpulentos,que no más altos, con orejas grandes y caidas y por supuesto con bastante más pelaje que el de la estatua. Tendré que ir personalmente un año de estos a cerciorarme.