Este fin de semana ha sido una sinfonía de relaciones familiares y de amistad. Iniciamos el fin de semana en nuestro bar gallego favorito, tomando unas cervezas y unas tapas con Mariona y Miguel Ángel y charlando de política. Sorprendentemente en estas elecciones teníamos varias opciones posibles, a diferencia de otras en las que nos devanábamos los sesos intentando dilucidar quien será el menos malo de los candidatos. Esperemos que sea un signo de esperanza y una señal de que el panorama mejora.
El sábado fuimos a la boda de Ferran y Elena. Es la segunda boda de una rusa con un amigo en lo que va de mes. Las rusas están arrasando. Mientras sean como Kira y Elena, la cosa va bien, pues ambas son encantadoras y no es difícil comprender porqué han conquistado a nuestros amigos.
Ferran es hermano de Luis, el Suboficial Mayor del Escuadrón. Nos conocemos desde hace más de veinte años y siempre que hemos trabajado juntos nos hemos compenetrado muy bien, de forma que nuestra amistad va más allá de un simple ‘compañeros de trabajo’. Ferran es su hermano pequeño, al que inició en la aviación llevándole a ver los aviones despegar del aeropuerto de Reus. Cuando nos conocimos Ferran era ya un aerotrastornado profundo pero lo vivía en solitario. Cuando conoció la Asociación Aire no dudó un momento y se afilió. Desde entonces hemos compartido un montón de buenos momentos alrededor de los aviones, la fotografía (bueno, si, y de algunos ‘calçots’…) y él ha variado el rumbo profesional de su vida, derivándola hacia actividades con mucha más relación con la aeronáutica, algo que creo le hace bastante feliz.
En una celebración que era eminentemente familiar nos hicieron el inmenso honor de incluirnos y como se dice ‘no podíamos’ faltar, ni queríamos tampoco perdernos el acontecimiento ni la ocasión de disfrutar con toda la familia de Ferran y Luis, que son encantadores y nos han recibido siempre con tanto cariño, haciéndonos sentir unos más de la familia.
Así entre los sentimientos de amistad y familia pasamos la jornada que tuvimos que dar por finalizada cuando lo mejor de la fiesta apenas apuntaba, pero la llamada de nuestra propia familia nos obligaba a acudir a Lérida donde el domingo celebraba la primera comunión mi sobrino Joan.
Mi hermana Maite había llegado desde Menorca unos días antes y esta es una de esas raras ocasiones en que nos hemos visto los cuatro hermanos. Cenamos en casa de mis padres y entre abuelos, hermanos, sobrinos, nietos y primos casi no cabíamos en la mesa pues éramos dieciséis.
A Joan parece que le gustó nuestro regalo -una sencilla cámara digital- y empezó a echar fotos en el evento familiar, ¿Habremos despertado al fotógrafo de su interior?, sinceramente espero que sí y que disfrute tanto de la fotografía como lo he hecho yo mismo. Mi primera cámara también me la regalaron mis padrinos el día de mi primera comunión.
Hoy domingo ha sido el gran día, la ceremonia ha tenido lugar en la parroquia de Sant Ignasi en Lleida, en el lugar donde estaba el local de la antigua Congregación Mariana que tantos recuerdos de juventud me trae. Todo ha transcurrido como cabía esperar y tras la misa, las fotos y el pica-pica, hemos emprendido viaje de regreso para llegar tranquilamente a Figueres a votar.
Por el camino mientras conducía mi hijo Roberto yo pensaba en las cosas en común y diferentes que tienen los hermanos y los amigos. A los amigos los eliges, a los hermanos no. Con los hermanos tienes una serie de complicidades únicas que proceden de la infancia y la intimidad, y con tus hermanos compartes una serie de rasgos genéticos que muchas veces se traducen en similitudes en el temperamento o en la conducta y otras provocan el rechazo que solo nos produce el reflejo de nuestros propios defectos. Los buenos amigos son como los hermanos, están ahí de una forma incondicional, da igual cuales son sus defectos o sus opiniones, porque si son amigos no puedes hacer otra cosa que aceptarlos con ellos. Mi padre decía que «amigo es el que da la vida por el amigo». Es un listón muy alto, que siempre me ha hecho valorar mucho la amistad y apreciar a mis amigos.
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