Ortografía en el Bazar

Los bazares ‘de los chinos’ ya forman parte de nuestro tejido comercial. Vinieron a sustituir a los «todo a cien» y son una visita obligada cuando uno tiene que comprar un producto de uso circunstancial ya que en la mayoría de los artículos estos comercios no ofrecen una mejor calidad, pero sus precios suelen ser imbatibles.
Hay muchas particularidades que forman parte de esta práctica comercial con personalidad propia. Los horarios maratonianos, el carácter familiar de la empresa, están copados casi en su totalidad por personas que en muchos casos tienen un olímpico desconocimiento del idioma y dan lugar a conversaciones surrealistas:
-«Tienen insecticida para las cucarachas?»
-«Barato. Muy bueno»
-«Lo quiero de ese permanente, que dura meses»
-«Barato. Muy bueno»
-«¿Sabe si contiene DDT?»
-«Barato. Muy bueno»
– …

WTF?

Ayer entramos en uno de esos comercios, no tengo muy claro que era lo que buscábamos, un tostador horizontal, creo. Al parecer uno de los rituales de compra es recorrer todo el establecimiento examinando minuciosamente las estanterías, ya que podrían esconder algún tipo de chollo asiático. Curiosamente lo que encontramos fue el rincón del ocio y como cualquier lugar es bueno para descubrir una verdad universal, allí descubrí que «la pornografía no mejora el nivel de ortografía»: ¡Que son deubedés i no rebistas!. Pero que brutos.

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