Refugios y otras ruinas

La semana pasada Jordi, de la Lista de Correo de Arqueologia Militar me escribió para ver si podíamos concretar un encuentro para el que ya habíamos hecho planes en alguna ocasión.

Se trataba de explorar los vestigios de algunos de los campos de aviación que durante la guerra civil hubo en el Ampurdán. Decidimos visitar Vilajuïga qe tiene el gran atractivo de ser uno de los cmapos más nombrados en las historias de la Guerra Civil, por tratarse del último punto de concentración de la aviación republicana antes de partir al exilio y testigo de los últimos combates aéreos sobre cataluña, con los controvertidos sucesos del día 6 de febrero de 1939, relacionados con la muerte en el campo del alemán Heinrich Windemuth, así como los polémicos derribos ese día del jefe de la Escuadrilla de caza nocturna el entonces teniente José Falcó.

En Vilajuïga nos detuvimos a charlar con la señora que actualmente vive en la masía que sirvió de alojamiento a la tropa y visitamos el refugio adyacente. En relación a otros refugios de campos de aviación el de Vilajuïga tiene la particularidad de no estar enterrado, sino de ser superficial. Actualmente toda su estructura de hormigón se muestra al aire pero indudablemente se debió proyectar para ser cubierto de tierra, algo que no sé si llegó a suceder.

Refugio de Vilajuiga

Su trazado interior, aunque sigue las pautas de otros visitados es también más irregular sin corresponder a la típica planta en ‘U’ o en ‘S’ es amplio y tiene las dos salidas al mismo nivel que el resto del pasadizo. En el exterior se podía ver en sus colores hasta hace poco un arbol pintado en la ‘fachada’ a modo de camuflaje.

Después seguimos hasta el ‘Hospital de sangre’, situado en una masía próxima al campo donde aun se conserva la nave que servia de alojamiento a los heridos y el refugio, este probablemente en forma de ‘S’ por la ubicación de las salidas, pero que no pudimos visitar por hallarse inundado.

De allí fuimos a Vilabertran, donde solo nos dio tiempo para ver la estructura del hangar de construcción de aviones y un área donde según testigos de la época se montaban piezas de los aviones. En ese área buscamos con el detector de metales, pero debido a la suciedad y la cantidad de basura acumulada bajo la vegetación, encontramos numerosos restos metálicos de los cuales habrá que determinar el origen, incluidos dos casquillos de bala, aparentemente munición checa.

Refugio

En definitiva, una mañana estupenda que espero se repetirá más veces antes de que el buen tiempo de paso a la época de lluvias, tramontana y frío.

Esta entrada fue publicada en Aerotrastorno. Guarda el enlace permanente.