Hablar en público supone un desafío para muchas personas. Independientemente de sus estudios o conocimientos sobre la materia, incluso personas que en privado se expresan con fluidez y naturalidad, sienten los efectos del pánico escénico cuando tienen que dirigirse a un auditorio numeroso.
Por el contrario hay otros que se encuentran tan a gusto en el escenario que no hay manera de se bajen del mismo: podrían estar hablando durante horas de ese tema que tanto les apasiona.
Ajustarse a un tema estructurado para mantener la atención del público, transmitiendo un mensaje claro, en un tiempo limitado, para ni cansar ni aburrir a los oyentes, es un auténtico desafío. Cuando los arquitectos Astrid Klein y Mark Dytham residentes en Tokio organizaron un evento donde debían presentarse numerosos proyectos de diseño, se enfrentaron a este reto. Para mantener las presentaciones dentro de un límite, y poder oir el mayor númro de ideas, decidieron usar el formato 20×20: solo veinte imágenes y veinte segundos para cada imagen: seis minutos y cuarenta segundos por presentación.
El formato tuvo mucho éxito. Lo denominaron ‘pecha kucha’ que en japonés quiere decir algo así como ‘parloteo’ o ‘cháchara’. Tras el éxito inicial, se han desarrollado eventos de Pecha Kucha en seteciencias ciudades del mundo, entre ellas Barcelona.
En el ámbito de los Urbansketchers, me dicen que fué Swasky a quien se le ocurrió realizar un evento de este tipo centrado en el tema del movimiento: el dibujo in situ. Y decidió llamarlo «Sketchakucha» para personalizarlo. De esta forma se convirtió en una actividad habitual de la asociación de Urbansketchers de Barcelona.
No tuve ocasión de asistir a los primeros que se realizaron, pero la primera vez que fui a uno quedé prendado. Los temas eran muy interesantes: que me llevo cuando voy a dibujar, por qué dibujo, los dibujos que hice en mi último viaje, … no necesariamente se trata de presentar veinte dibujos que has hecho, sino que , como siempre, las mejores presentaciones son aquellas que cuentan una historia.
A mi me encantan las historias. En todas las reuniones de los urbansketchers a las que asisto, procuro dejar un tiempo para rondar a los otros dibujantes y ver qué y como dibujan, que herramientas y materiales usan y que colores aplican, cual es su punto de vista o encuadre, y si algo me interesa o quiero saber más, pregunto, si se presenta la ocasión ojeo su cuaderno y me encanta que miren los míos. Este intercambio social es uno de los aspectos más fascinantes del urbansketching. He aprendido infinidad de cosas solo mirando lo que hacen los demás y preguntando. Los urbansketchers son amables y amigables y les encanta hablar de sus técnicas y sus dibujos. Sketchakucha pretende sistematizar un poco este tipo de charlas, y llevarlas a momentos y ambientes en los que resulta difícil dibujar o el número de asistentes haría imposible que el mensaje llegase a todos con tanta claridad.
Como el tema me interesaba, me ofrecí para colaborar en la organización de las sesiones, bajo la sabia dirección de Elisabeth, he participado en la organización y presentación de varios eventos. Incluso hice una exposición en uno de ellos desarrollando el tema «Ni buenos ni malos».
Uno de los temas que me llamaron la atención desde el principio fue ¿se graban los eventos?. La afluencia de público no ha hecho más que crecer y seguro que si las charlas pudieran verse en internet, como presentaciones con audio o como video, tendrían un éxito enorme. Pero Elizabeth fue clara: ella no tenía tiempo ni conocimientos para hacer esas presentaciones, ¿te interesa?, hazlo. Todo un desafío. Desgraciadamente, en aquella época (hace ahora dos años) trabajando en Barcelona yo no tenía tiempo ni medios para trastear con el video, las fotos y los audios de las presentaciones. Y al volver de Barcelona a Figueres, me ha costado encontrar ese tiempo.
No he dejado de pensar en el tema, y guardé los materiales que utilicé para desarrollar mi charla, he pensado en hacer como prueba un video con la misma. En realidad también quería hacer un video -mejor en formato pechakucha – sobre como desarrollar un pechakucha. Uno de los problemas principales de los que invitábamos a hablar en los Sketchakucha era que no tenían ni idea de como preparar la charla, que no habían hablado nunca en público o que no tenían un «tema» que ellos pensasen que podía interesar a los demás.
Lo más fácil de rebatir es la cuestión del tema. Todo urbansketcher tiene un tema: el dibujo. Tus dibujos, por que dibujas, desde cuando dibujas, como aprendiste, que técnica usas, porque te gusta esa técnica, cuando dibujas, que te gusta dibujar, cuales son los dibujos que mas te satisfacen, que paleta usas… no hace falta haber estado en África dibujando leones en un safari, ni tener veinte dibujos dignos del Museo del Prado para enseñar: se trata de una charla entre amigos, algo más organizada para que podamos escuchar a mas gente.
El método es sencillo: siempre puedes prepararlo y leer, pero lo mejor es preparar unas ideas, estructurar una historia en veinte párrafos -las historias captan la atención – hacerse una pequeña guía para volver a ella si nos quedamos en blanco o nos perdemos y hacer como cuando hablamos con los colegas en la cervecería o con unas tapas, en el campo mientras dibujamos o en el autobús a la ida o la vuelta de la reunión de dibujo, porque en esos momentos no llevamos papeles ni necesitamos un guion.
Solo hay que dejarse llevar por la pasión que te suscita el tema que presentas y comentar las imágenes. Veinte segundos pasan volando.