A veces es difícil clasificar las tendencias que recorren la red, porque muchas veces tienen varias características de los fenómenos que denominamos redes sociales, memes, desafíos, cadenas y otros fenómenos más o menos serios que nos llegan a través de nuestro teléfono u ordenador.
Inktober es un desafío personal que se ha convertido en una tendencia. Consiste en hacer un dibujo con tinta cada uno de los días de octubre. Según cuenta en la propia web de Inktober, Jake Parker lo creó en 2009 como un desafío para mejorar sus habilidades y desarrollar hábitos positivos de dibujo.
Desde entonces, artistas, profesionales y aficionados de todo el mundo han asumido el desafío cada año convirtiéndolo en una tendencia con características de red social o de meme, publicando sus dibujos en las redes sociales con el hashtag #inktober.
Cuando hablamos de un dibujo a tinta no quiere decir que tenga que ser un dibujo exclusivamente en tinta o sin color. Para un dibujante de comic como Jake Parker, el dibujo a tinta es un dibujo definitivo, no un simple boceto a lápiz. No se trata de hacer cualquier garabato para salir del paso. Se trata de desarrollar el hábito de dibujar cada día y mejorar aptitudes. Si un desafío no cuesta esfuerzo cumplirlo, no deja de ser un meme: una pose para las redes sociales. El principal objetivo del desafío es conseguir una meta personal. Por ejemplo, el año pasado mi objetivo fue explorar y mejorar en el dibujo con un bolígrafo de diez colores. Puede que para alguien sea simplemente encontrar el tiempo, día tras día para dibujar haciendo un hueco en sus obligaciones más estresantes.
Cualquiera que sea el motivo, a los que nos gusta dibujar, siempre es interesante tener un motivo o un aliciente para hacerlo. Por eso el desafío ha encontrado un eco tan amplio en la comunidad de los dibujantes. Entre los urbansketchers los requerimientos del Inktober son más sencillos que su decálogo, ya que no exige que el dibujo represente la realidad ni que sea realizado «in situ». Eso permite dejar volar la imaginación y ahora que el buen tiempo empieza a ceder el paso al otoño, dibujar más cómodamente en casa o en el estudio, y sobre todo seguir dibujando sin abandonar el hábito que el tiempo veraniego y las vacaciones nos habían permitido cultivar.
Si decides probar y la vida diaria te dificulta seguir el reto de forma estricta, no hay que ser intransigente. Lo importante es intentarlo, ¡no dejemos de lado la vida y la familia por seguir el reto!, no nos agobiemos si nos falta el dibujo de un día, no adelantemos los dibujos de la semana: se trata de buscar un momento para dibujar cada día, no de hacer treinta y un dibujos como si la vida nos fuera en ello, o tuviéramos que aprobar un examen. No hay que perder de vista que este tipo de retos tienen como finalidad divertirnos, crear hábitos, mejorar nuestras habilidades, no competir ni demostrar absolutamente nada. Podemos perfectamente dibujar la mitad de los días, retirarnos la primera semana o…hacer más de un dibujo al día. Lo importante es la satisfacción personal y nuestro camino decidido en dirección a la felicidad.