Me produce un cierto respeto comentar un libro que trata de como escribir bien. Me preocupa pensar que al leer la reseña, los lectores piensen que no lo he entendido en absoluto. Pero, quien no se atreve, no triunfa.
Me impulsa a hacerlo la emoción del hallazgo, ese deseo natural de compartir las cosas buenas que descubrimos.
Lo más interesante es la facilidad con la que se lee el libro, escrito en capítulos completos y breves, que pueden leerse de forma independiente y escritos de una forma muy didáctica. Cuando se acaba un capítulo uno tiene la sensación de haber aprendido algo, o al menos haber captado la idea que el autor quería transmitir.
Como nada es perfecto, hay algunas cosas que no me han gustado del libro.
En primer lugar el propio anglicismo del titulo. Por mi profesión y mi afición a la tecnología vivo rodeado por muchos anglicismos. Se, que elegir con cuales hay que transigir puede ser difícil. Muchos de ellos no se traducen por comodidad, ya que la mayoría de las personas a las que se destina el mensaje conocen su significado y suplantar su uso con un término en nuestro idioma puede ser difícil. Pero me gustaría defender una lengua tan rica como la nuestra y que hubiera un termino español para este concepto, como «Redacción historiada», «Contar historias», «Redacción de Relatos» o simplemente «Relatar».
El segundo aspecto del libro que encontré francamente mejorable es el capítulo dedicado al llamado método de la Pirámide. Su esencia queda clara. Poner primero lo que engancha para captar la atención del público y evitar las introducciones tediosas. Pero mi siguiente deducción es que el método en si debe ser bastante complicado porque el autor que se muestra hábil y asequible desentrañando conceptos y poniendo ejemplos en otros capítulos,tiende un confuso velo sobre este.
Hechas las objeciones hay que insistir, en recomendar la lectura del libro a aquellos que quieran mejorar sus técnicas de redacción.
Personalmente he encontrado una gran satisfacción al encontrar desarrolladas y explicadas algunas ideas a las que había llegado por deducción y experiencia propia. Muchas veces los libros resultan interesantes, no tanto por que te descubran grandes misterios sino porque exponen de una forma ordenada y congruente cosas que ya sabías de forma desordenada. Ordenar las ideas no solo permite entenderlas mejor, también fijarlas y reforzarlas.
A esas pequeñas pero numerosas satisfacciones de ver ideas propias confirmadas, he añadido muchas otras nuevas, explicadas de forma clara y con referencias a fuentes para ampliar conocimientos.
Es de esos libros que después de leerlos los sigues disfrutando, volviendo a leer capítulos sueltos, tratando de resumir otros, buscando las referencias en la web que sugiere en sus capitulos y analizando textos propios y ajenos a la luz de sus páginas.
Algo que me ha gustado mucho es que la última linea del libro es la dirección de correo del autor. Me parece un detalle estupendo, algo así como dar la cara sin esconderse, haciéndose responsable de cuanto ha escrito.
Supongo que como docente, el autor está acostumbrado a hacerse responsable de sus afirmaciones ante sus alumnos, y debe ser de los que admiten preguntas en clase, pero ampliar la audiencia de posibles ‘preguntones’ a todos sus lectores, me parece un gesto digno de un valiente y también de alguien que ama profundamente aquello que hace.
Creo que el libro puede resultar interesante no solo a los que nos gusta escribir, a muchos profesionales que por su profesión tienen que escribir textos comerciales o científicos.
Aquellos que leen también podrán hacerse una idea de como afrontar textos pesados y disfrutar los textos bien escritos y estructurados.
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