Yo quiero uno

Nicolás Negroponte es un profesor del prestigioso Instituto Tecnológico de Masachussets que ha sido un pionero en cuestiones de relaciones entre las personas y los ordenadores. Cuando leí, hace tiempo su libro ‘Un mundo digital‘, me quedé impresionado.

Pero lo que lo define como un personaje de una elevada talla moral además de intelectual es una idea revolucionaria que se podría resumir de la siguiente forma: puesto que el progreso está asociado al uso de los ordenadores, no hay oportunidades sin conocimientos y cuya expresión material es la campaña que pretende construir ordenadores económicos (100 dólares americanos) para que los niños del tercer mundo no pierdan esas oportunidades y cerrar, o cuando menos no aumentar la ‘brecha digital

La fundación OLPC que lleva adelante este proyecto ha tropezado con infinidad de problemas asociados a la hipocresía de los países desarrollados y a la corrupción en los países necesitados. Una de sus principales preocupaciones ha sido que el ordenador desarrollado para el tercer mundo no se convierta en un artículo de consumo más, abaratando los costes donde no hacen falta, generando una gran demanda que impida su llegada al destino deseado o que provoque su regreso desde el tercer mundo como objeto de contrabando. Por ello se ha incidido repetidamente en que no será comercializado aunque la realidad quizás imponga otros planteamientos.

Existe un importante mercado para un dispositivo más potente que una PDA y más ligero que un PC portátil con fácil conectividad. Los dispositivos del tamaño de una cuartilla duplican el precio de un ‘portátil‘ de doble tamaño.

Un dispositivo que sirva para conectarse a internet y usar de forma cómoda las aplicaciones habituales sin las limitaciones impuestas por los teclados minúsculos e incómodos de los dispositivos de bolsillo.

Esta necesidad ha llevado a otros fabricantes a crear alternativas, como el ClassMatePC, la laptop económica de Intel o el Personal Internet Computer (PIC)
de AMD. Por su parte, Dell Computers ha sacado provecho de una minúscula placa base para desarrollar su EC280 Mini-ITX PC que inicialmente solo se venderá en China. No obstante, estas soluciones se anuncian con precios que triplicarán los -inicialmente- cien dólares que ha de costar el dispositivo OLPC que fabricará Quanta Computer para los niños pobres.

Yo, sin duda alguna, soy uno de los que querrían tener un dispositivo de esas características. Durante los viajes echo de menos almacenar las fotos de forma que ahorre llevar puñados de tarjetas de memoria, que me permita ver películas en el hotel o escribir textos de forma cómoda. Después de estudiar las diferentes posibilidades, resulta que llevar el ordenador portátil resulta muchas veces un peso excesivo, los dispositivos tipo puente USB OTG no me dan seguridad suficiente para borrar las tarjetas: yo quiero ‘ver’ las fotos en el disco antes de borrar los originales. Y por último las soluciones actuales de ordenadores tamaño aproximado de A5 son bastante caros.

Una de las opciones que se han planteado los promotores de la idea del ordenador de cien dolares es que este se comercialice en occidente por, digamos doscientos dólares, financiando de esa forma un ordenador para el tercer mundo por cada uno que se venda en el primer mundo. A mi me parecería una excelente idea y no tendía inconveniente en financiar incluso dos pero el caso es que …‘yo quiero uno’.

Actualización (24/09/2007) : La BBC publica en su web un artículo en el que se anuncia que los ordenadores de cien dolares se venderán, eso si por algo mas de precio en una campaña en la que el que quiera uno tendrá que comprar otro para enviar al tercer mundo. He traducido el artículo y lo podéis leer aquí.

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Patadas al lenguaje

Todo el mundo se queja de lo mal que hablan los jóvenes, y de muchas otras patadas que recibe diariamente el lenguaje. Creo que hay que especificar un poco más, la queja generacional es algo continuo y cuando se refiere al lenguaje es, en gran medida, un simple indicador de que el lenguaje cambia; si no, seguiríamos diciendo «vuesas mercedes«.

Otras patadas son las que le proporcionan los que lo usan mucho. Una cuestión estadística que pueden constatar los que oyen la radio. Yo solo la oigo alrededor de una hora al día (ida y vuelta en coche al trabajo) y siempre oigo algo y pienso: «esto me lo tengo que apuntar», pero en cuanto llego a destino, se me ha olvidado. Es la ventaja que tiene no dejar los disparates impresos o que no existan programas de «Zapping» en la radio.

En el colegio nos ponían como ejemplo de clásicos errores el decir «arradio» o «sapato», hay otras palabras que nos llegan deformadas de nuestras costumbres infantiles o que deformamos para hacer gracia, copiando a veces a los humoristas populares con más o menos gracia y otras veces, sencillamente, tenemos un ‘bug‘ en el lenguaje adquirido que nos hace escribir o repetir continuamente una palabra en una forma incorrecta.

La comunicación digital ha introducido un buen número de nuevas formas de lenguaje algunas de las cuales serán definitivamente desterradas como vicios y otras que tarde o temprano serán incorporadas al lenguaje a pesar de su actual calificación como barbarismos o barbaridades. El uso de emoticones, abreviaturas procedentes del lenguaje ultra compacto de los SMS o la sustitución «alternativa» de letras por su equivalente fonético «komo sbe kualkiera q sea el viejo d tronkos adlescntes»

Más allá de los errores circunstanciales o sistemáticos de ortografía o dicción o del espíritu gregario que nos lleva a imitar las modas, hay auténticos errores de concepto que muestran lagunas importantes en nuestro proceso de razonamiento. Suenan tan mal que nos torturan el oído.

Por ejemplo cuando según la prensa «El presunto homicida fue condenado«. No: Si fue condenado no es presunto. La sentencia le califica como «homicida». «Estos delitos no están tipificados» (Lo dijo en TV todo un señor comisario de policia). Si no están tipificados, ¡no son delitos!. Al menos en un estado de derecho. El abuso de adjetivos como «mítico» para referirse a algo «popular», «famoso» o «muy conocido y apreciado» pero en definitiva con cualidades reales cuando el mito implica que es propio de historia fantásticas o que se le atribuyen cualidades que no posee.

Es lamentable el uso frecuente de todos estos errores de concepto por parte de los periodistas, profesionales que deberían ser de la palabra porque lo más peligroso no es el error obvio y garrafal, sino el insidioso con aspecto de correcto cuando no de erudito. Por eso me ha preocupado encontrar en un foro de internet, que pretende aclarar dudas sobre el lenguaje, una sarta de atrocidades sin nombre. Confusiones entre la segunda y tercera persona o hipótesis disparatadas sobre el uso del «Usted» que si bien podrían excusarse al proceder de extranjeros, enmarcan escandalosos disparates escritos por nacionales. La conclusión es que antes de tomar por fuente una página de internet, hay que plantearse su credibilidad. Y recordar aquello de que «más vale estar callado y parecer tonto que hablar y confirmarlo».

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Cubeoban

Cubeoban es un juego en linea que he encontrado con Strumble. Lo primero que me ha parecido es que debía de tratarse de algun tipo de derivado de Klotski. En Pepere leo que es una versión de Sokoban. En cualquier caso esta claro que es un puzzle de bloques en el que estos se deslizan por un laberinto.

Cubeoban

El objetivo del juego es que cada uno de los puntos que aparecen en el tablero quede cubierto con un bloque del mismo color. Para mover los bloques hay que poner el ratón sobre ellos, pulsar y arrastrar en la dirección en la que se quiere mover, pero el bloque siempre se desplaza hasta que encuentra un obstáculo.

Después de una serie de pasos más o menos triviales la cosa empieza a ponerse interesante. Yo me he detenido en el nivel 8 que no es mi techo, sino el punto en que he decidido que se trata de un juego interesante. En cada nivel puede verse en la parte inferior del tablero un número (marcado como ‘Code:‘) que permite volver a ese nivel si tienes que abandonar el juego.

En El Pito doble leo en un comentario que alguien va ya por el nivel 20, asi es que al menos hay 20 niveles.

Seguiremos explorando los niveles superiores y os mantendré al tanto de mis progresos en ampliaciones de este artículo. Mientras tanto echarle un vistazo porque merece la pena.

Actualización 22/09/2007 : Al resolver el nivel 21 en 22 movimientos (incluso creo que he hecho alguno de más) el juego ha perdido interés. Los niveles no son de dificultad creciente, de forma que el 16 y el 17, por ejemplo, me han parecido triviales, pero supongo que también depende de si ves o no a primer golpe de vista la solución.

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Punto de acceso con Zyxel

Roberto, mi hijo, trajo a casa un router Zyxel modelo 660. Entonces había tres portátiles en casa y todos querían poder conectarse a través de Wifi. El problema era configurar el router para que actuase como un hub, distribuyendo la señal hacia y desde los ordenadores conectados por Wifi y permitiendo su comunicación con los otros de la red y entre ellos y con el gateway a internet, que seguiria siendo el router 3Com 812 de siempre, es decir convertirlo en un ‘Punto de Acceso‘.

Pasó el tiempo y no tenía tiempo de configurarlo, le pedí a un amigo que había configurado varias redes inalámbricas y no supo darme una solución. Cuando Miguel Luna se enteró me dio que se lo dejase y en una tarde en su casa tenia solucionado el problema. La solución que encontró es simple: desactivando el servidor DHCP del router y dándole una IP en el rango de nuestra red doméstica, se comporta como un hub transparente, tal y como queríamos.

Router Zyxel 660

Sin embargo al instalarlo en casa dió problemas. Los ordenadores detectaban la red pero luego no conseguían comunicarse dando un error de ‘IP no válida’. Curiosamente el HP de Beatriz si que se conectaba perfectamente, pero los tres Acer (el parque ya había crecido) no daban pié con bola.

Me he estado rompiendo la cabeza varias tardes hasta que hoy se ha pasado por aquí Miguel con un lápiz de memoria en el bolsillo a modo de ‘caja de herramientas’. Lo primero que ha desembarcado en mi disco es un programa llamado Wireless Network Ignition. Este programa sustituye al programa que busca las redes inalámbricas en Windows.

Después de resetear el router Zyxel presionando más de diez segundos el boton correspondiente, lo he conectado con un cable de red al ordenador de sobremesa, que tiene instalado Linux Ubuntu y a este le he asignado una IP en el rango que trae configurado por defecto el router. Así he podido acceder al servidor web interno del router que permite configurarlo.

El primer intento no ha sido afortunado y parecía que todo iba a seguir igual, pero la segunda vez se nos ha ocurrido copiar la cadena de clave tal y como venia en la configuración interna del router (en hexadecimal) en lugar de como viene en la base del aparato (alfanumérica). De esa forma ha funcionado. Aun hemos hecho una prueba mas, consistente en usar la forma alfanumérica en un ordenador con el programilla de detección de redes y conexión del Windows XP y no ha funcionado. Al final hemos tenido que usar Wireless Network Ignition en todos.

La forma de configurar el router y de acceder al mismo, las direcciones IP por defecto y los datos para login que preconfiguran las compañías puede encontrarse en internet con una simple búsqueda en Google, pero el detalle de que no acepte la clave desde el software de Windows no lo he visto documentado, así que lo cuento aquí por si puede ser de utilidad a alguien.

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Coches con Software Libre

Odio profundamente los automatismos de mi coche. Podría hacerlo extensivo a los automatismo de otros coches, pero solo me relaciono con el mio y ya tengo bastante.

Cuando me bajo y lo cierro, las luces se quedan encendidas. Se supone que para que no tropiece con la acera cuando voy hacia la puerta de casa, el diseñador de este consumo inútil de batería debe pensar que tengo para comprar un coche pero no para poner luz en el porche.

Hay otras muchas prestaciones del coche que me gustaría poder configurar. Desde la duración de los avisos de alerta en la pequeña pantalla del salpicadero al registro y posible consulta de estos avisos o la sensibilidad del limpia parabrisas automático al agua de la lluvia. Desde prestaciones insignificantes como esas a otras más enervantes como el aviso de revisión periódica, que solo pueden desactivar en el taller autorizado, una práctica monopolista que constituye un auténtico chantaje.

C-5

Y es que cuando hablamos de software propietario de secuestro de datos y de puro chantaje al cliente, Microsoft pasa a ser una hermanita de la caridad comparado con los fabricantes de coches. Sencillamente todo está preparado para que el cándido usuario que ha pagado el coche -habría que ver si es su verdadero propietario- no tenga otro remedio que ir a morir al palo del ‘Taller autorizado’. Este taller, a su vez, no tiene otro remedio que adquirir el utillaje recomendado por la marca, lo que le garantiza una ‘patente de corso’ sobre los vehículos de la misma.

Hace un tiempo nos reíamos sobre la posibilidad de llevar un sistema operativo Windows en el coche que cada cierto número de kilómetros se colgase con su típico pantallazo azul obligándonos a detener el cochi y ‘salir y volver a entrar’ para continuar el viaje. Ayer por la autopista yo viví esa experiencia sin tener que recurrir al omnipresente sistema de las ventanas. Ya hace tiempo que ocurre que al frenar se enciende una alerta que me informa que el sistema de control de velocidad funciona incorrectamente. No hace falta dar un gran frenazo, simplemente tocar el freno. Es algo que ocurre aleatoriamente excepto cuando lo llevas al taller.

La mayoría de las veces solo hay que parar el coche, sacar la lleve del contacto y volverla a meter. Al ponerse en marcha todo funciona correctamente. Salvo ayer que no solo no volvió a activarse esa función sino que a los pocos kilómetros la maldita pantallita me informó que el sistema de estabilización automático había dejado de funcionar. Por suerte el infracerebro del coche no decidió que debía inmovilizarme por esa razón a más de cien kilómetros de casa. Y de los avisos pude enterarme porque Mercedes, en su papel de copiloto los leyó ya que aparte de tener que prestar atención a la carretera, lo normal es que cuando el conductor dirige la vista al indicador, el mensaje haya desaparecido sin posibilidad de recuperación.

Hace unos meses el mando a distancia de la llave dejó de funcionar. Pensando que sería una cuestión de la pila, pero incapaz de averiguar como abrir la llave para cambiarla la llevé al concesionario. No señor, me dijeron que se había ‘desprogramado’ y ‘reprogramarla’ cuesta la módica cantidad de 80 euros. Podemos guardar gigas de información en una tarjeta de memoria y leer esta información en diferentes ordenadores o reproducir música e imágenes en ordenadores de mano, reproductores MP3, hasta el GPS nos deja reproducir música, pero el código de una llave de coche cuesta 80 Euros regrabarlo.

De verdad, creo que necesitamos coches con software libre. Por nuestra seguridad, para nuestra tranquilidad y para que dejen de robarnos cuales bandidos en Sierra Morena, aunque estos roban a los pobres para engordar a los ricos. ¡Yo quiero un coche con Linux!.

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Sobre el Pacifismo

Alguien me decía hace poco «Yo creo que se puede ser militar y pacifista» y yo le contesté que no solo se puede, sino que a toda persona sensata, no queda otro remedio. Es verdad, ¿Que clase de estúpido amaría la guerra? ¿Quien podría ser tan cruel como para recomendar incondicionalmente su práctica? ¿Que descerebrado la defendería como algo bueno?. Nadie en su sano juicio.

Sin embargo la guerra existe, ha existido durante toda la historia de la humanidad y hay quien vive resignado a pensar que existirá siempre. Y esta resignación le lleva a no esforzarse por evitarlo. La paz y la guerra, como el bien y el mal, el odio y el amor, el egoísmo y el sacrificio, forman parte de la naturaleza humana. Y de esa naturaleza también forma parte la curiosidad por el origen y el final, la vida y la muerte, las causas y la esencia de las cosas. Las vueltas que les damos a esas cosas nos definen como humanos, la búsqueda de la verdad nos define como personas. De tal forma que si la guerra es algo muy humano, procurar la paz es propio de personas decentes. Y hasta aquí es hasta donde creo que podemos estar de acuerdo.

Porque para avanzar más en el contraste de pareceres sobre estos conceptos sería necesario hacer definiciones y asegurarse de que nos referimos a las mismas cosas. Desgraciadamente la paz como otros valores sociales es un concepto usado frecuentemente por demagogos con intereses bastardos. Esos que llaman a la guerra para defender la paz cuando lo único que defienden son intereses pecuniarios. Sus intereses, claro. O aquellos que llevados de sus buenas intenciones creen que simplemente con enunciarlo, el Bien se extenderá por el mundo sin tener en cuenta que si bien los ideales nobles son propios de grandes personas, el idealismo es pan de tontos, exactamente un pan en cada ojo para los que como avestruces creen desaparecer enterrando la cabeza en la arena. No, el mal no desaparecerá simplemente con desearlo y la paz implica seguridad y supervivencia para todos, no solo para los menos escrupulosos.

Ni los demagogos ni los idealistas nos traerán a la paz. La paz es algo por lo que debemos trabajar cada uno buscando eliminar de nuestra vida diaria la violencia, pero también sobreviviendo y preservando los valores que hacen posible esa paz. Aqui llegamos a uno de los dilemas más intrincados del problema. ¿Es lícito defender la paz, incluso con la violencia? ¿Hay otra forma de hacerlo?. Ser pacifista también es plantearse estas dudas y entender que en la vida real hay muchas veces que son difíciles de responder. Los problemas complejos no tienen soluciones simples.

Nos gusta pensar que hemos adquirido un grado de civilización que nos permite renunciar a la violencia, pero ni es completamente cierto ni desde luego es cierto para toda la humanidad. Mientras se encuentren en peligro los valores en los que creo y las personas a las que amo o la sociedad que me acoje, yo estoy dispuesto a afrontar peligros o a ejercer la violencia para defenderlos.

Puede que haya quien me diga que con esos planteamientos no puedo considerarme pacifista, ya que considero que la supervivencia debe prevalecer sobre la paz. Yo creo que sí, porque sin supervivencia no hay humanidad y por tanto tampoco ninguno de los valores que nos hacen personas y por tanto, …tampoco la paz podria existir.

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Mensajes en el polvo

Siempre hay un gracioso que cuando llevas el coche algo sucio te pinta algo en el cristal. Normalmente es una lindeza del tipo ‘Guarro!’ o ‘¡Limpialo!’, producto de la despreciable manía que tenemos de criticar a los demás, opinar sin dar la cara y meternos en camisas de once varas.

¿Le importa a la gente las razones por las que yo llevo el coche cubierto de un pátina de polvo?. ¡No!. Mi vida es mia y la vivo como quiero y si he decidido no volver ricos a los propietarios de los elefantes azules, no dedicar mi vida a ser un esclavo de mi medio de transporte, o proteger la pintura de la lluvia ácida bajo una capa de mantillo natural, ¿Quienes son los demás para imponerme sus valores, su forma de vida o patrones estéticos?. Nadie, no son nadie y no importa lo que digan. Yo soy yo, mi vida es mía, la vivo como quiero y me importa un bledo lo que opinen los demás.

Naturalmente hay formas y formas de interactuar. Somos seres civilizados y del diálogo surge la luz y el enriquecimiento espiritual. La belleza tiene muchas formas de manifestarse y un mensaje bello siempre es poesía, una forma bella siempre tiene algo de arte. Por ejemplo a mi no me importaría que dibujasen el el polvo de mi coche -sin apretar, que la pintura se estropea y el cristal se raya- si hicieran cosas así.

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Fin de las vacaciones

Después de aquella visita a Urgencias empezó mi calvario neoyorquino. Camino del hotel, me empezó a doler la pierna. A las ocho de la tarde seguía doliéndome a rabiar. No me quedó otro remedio que volver a Urgencias. El viaje en taxi, unos diez minutos, fue horroroso. En Urgencias estuvimos hasta las 12 y media de la noche sin que nadie nos hiciera ni caso, como si ignorar al paciente fuera un protocolo a aplicar inexorablemente. A esa hora una doctora que acababa de entrar de servicio se interesó por mi caso. Aquella noche pasaron muchas cosa, pero yo solo recuerdo el dolor intenso. Me dieron morfina, me hicieron un TAC y a la mañana siguiente me dijeron que no me podían dar nada más fuerte y que rezase para que no fuera a más. Nadie me lo dijo, pero tenía ciática.

La compañía de seguros decidió que puesto que lo único que podía hacer era reposo y tomar la medicación podía hacerlo en Nueva York y volver en el avión que tenía previsto. Se comprometieron a pagar los dos días de Hotel que no tenía reservados en el mismo hotel donde nos encontrábamos y me pagaron -a mi, no a Mercedes- el billete en Business Class. En general se mostraron bastante cicateros, pero bueno, las compañías de seguros son así.

Los cuatro días siguientes han pasado a la colección de ‘Los peores días de mi vida’. Ni tumbado, ni de pie dejaba de dolerme, sentarme era prácticamente imposible y las temperaturas bajaron y empezó a llover, con lo que tampoco Mercedes tenía ganas de ir a ningún sitio.

A pesar de todo, los días que pasamos visitando la ciudad fueron tan estupendos que no puedo por menos que guardar un buen recuerdo de la ‘gran manzana’.

A la vuelta he seguido con dolores que han ido desapareciendo poco a poco. Aun tengo pendiente hacerme una Electromiografía. Me han dado fecha para el día 26. La sanidad es así, de mes en mes te van haciendo pruebas. Al final si no te has muerto es que no era grave.

Uno de los peores efectos que ha tenido todo esto es que llevo prácticamente un mes sin escribir. El dolor aturde. Al menos a mi. He hecho verdaderos esfuerzos por mostrarme animoso y he conseguido ir recuperando un rimo de actividad más o menos normal, pero me ha costado volver a escribir porque estar sentado me resultaba molesto y el dolor y las molestias me impedían pensar con claridad. Ayer conseguí escribir mi artículo ara Revista de Aeronáutica. Salió sin demasiado esfuerzo después de haberse mostrado huidizo por más de una semana. Creo que es un signo claro de recuperación y he decidido lanzarme de nuevo al blog. Y aquí estoy.

Nota: Editado el 30/12/2023 para actualizar el método inserción de vídeo.

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House no estaba

Fue una extraña sensación. Me desperté en medio de la noche y no podía moverme. No era como en la novela de Kafka, solo me daba un latigazo la espalda cuando lo intentaba. Era de madrugada y pensé que era muy temprano para montar el numerito. «mañana no me quedara otro remedio que ir al médico», pensé.

Cuando Mercedes se despertó le informé de las novedades y decidimos llamar a España para consultar con nuestra compañía de seguros, el RACC. Nos dijeron que pidiéramos en el Hotel que nos proporcionasen un médico. Lo hicimos y en el Hotel todo el mundo se movilizó de inmediato, un empleado subió a la habitación a comprobar si estaba bien y en unos minutos apareció un equipo de emergencias, una muchacha bajita y fornida y un musculoso hombre de color.

Después de una serie de preguntas y examen preliminar, me sacaron del Hotel en una silla y me llevaron en la ambulancia a un Hospital que no me pareció que estuviera muy lejos. En realidad era el NYU Hospital, en la 32th con la 1st. Ave. Allí ocurrió lo que ocurre en urgencias en cualquier país civilizado: después de un interés inicial por tu presión y temperatura y el estado de tu tarjeta de crédito ($650), te arrinconan en cualquier sitio y esperas unas horas hasta que alguien se ocupa de ti.

New York University Medical Center ER

Eso ocurrió dos horas después. Un médico que había llegado una hora antes con un vaso de café en la mano me realizó un examen completo con exploración rectal incluida. Quiero decir que me metió el dedo en el culo. Y después de darme unas pastillas, allí me quede de nuevo. Sobre las doce y pico aparece otro médico con muchas prisas y para mi asombro repite el examen y las preguntas. Y me volvió a meter el dedo en el culo. Digo yo que le podía haber preguntado al otro que sabor tenia y haber dejado mi esfinter en paz.

Se ve que el Dr. House no estaba, así que el gilipollas de turno me despachó con unas recomendaciones de que volviera si me dolía más o se me dormía la pierna o tenia dificultades para orinar.

Versión corregida de la enviada por correo electrónico a algunos amigos el día 19/08/2007 desde NY

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Historia y Cultura

Conocí a un Suboficial Mayor de la Luftwaffe que contaba con gran satisfacción un chiste que decía:
Cuales son los tres libros mas finos de la historia? . A continuación, después de una breve pausa para constatar el silencio respondía el mismo: «El libro de recetas de cocina de Biafra, La relación de los hechos heróicos de los Italianos y La Historia y la Cultura de Norteamérica».

Si no se tiene especial interés en ser políticamente correcto, el chiste es razonablemente gracioso, incluso contado por un alemán, y aunque encontremos una cierta satisfacción en creer lo contrario, también es -sin duda- inexacto. Por supuesto la parte que trae a colación la anécdota es la historia y la cultura de los norteamericanos.

Tendría que empezar po decir que quizás eso de la historia debería pesarse no tanto en años sino en interés y respeto. Hay países milenarios que muestran tan poco respeto por su historia que de hecho no les sirve de nada, la venden al mejor postor o la ignoran completamente. Otras naciones más jóvenes profesan un culto respetuoso y admirativo por aquellos que forjaron la república, conservan los objetos testigos del pasado y los muestran a las nuevas generaciones trasmitiendoles de esta forma, la llama del que hacer común levadura del patriotismo.

Nosotros hoy hemos estado en State Island. Transbordador, fotos a la estatua de la Libertad y una vez en State Island, visita al centro cultural Snug Harbor para luego volver al embarcadero del Ferry y tonar otro autobús (el 74) a Richmond Historical.

De camino al Ferry con un amabilísimo conductor de autobús hemos pasado por delante del Flatiron, uno de los que a mi modo de ver son los edificios emblemáticos de esta ciudad. Aquí todos son de una amabilidad asombrosa y de una deferencia hacia los turistas realmente de agradecer.

Por la tarde hemos estado en el Down Town, Chinatown y a las puertas de Little Italy. Al final reventados de nuevo al hotel. Andar no me hacía tanto daño desde mis años de academia.

New York, 14/08/2007 23:37 EST

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