Ya ha llegado septiembre y los profesores vuelven al cole antes de que sus alumnos empiecen el curso. Hay que tenerlo todo preparado el primer día. Mi hija da clases en un instituto y mis nietos, que aún no han empezado las clases, para no quedarse solos en su casa, pasarán las mañanas de estos días de transición en la nuestra.
Eso son muchas horas que si nadie lo impide acabarán consumiéndose en la lectura de cómics o viendo la televisión. Hay que buscar tareas que les sean atractivas, así que esta mañana hemos desmontado un camión articulado de Lego para construir el modelo alternativo un niveladora tipo ‘bulldozer’. Cuando estábamos acabando se me ha ocurrido la idea, ¿Por qué no hacemos un «timelapse»?.
He comentado que el cine o los vídeos que vemos tienen 25 imágenes por segundo, y que las animaciones se hacen combinando imágenes fijas en películas. Como hacer veinticinco fotos para cada segundo de animación resulta ser bastante trabajo los timelapse pueden utilizar entre cuatro y quince fotogramas por segundo (fps).
Encima de la mesa del comedor hemos montado un escenario con un delantal de un color discreto como fondo. La cámara (mi Canon M-100) sobre el trípode a la altura necesaria y un pequeño guión negociado verbalmente antes de empezar a ‘rodar’. ellos querían acompañar la excavadora con varios vehículos más y piezas de lego esparcidas por la mesa que irían recogiendo….hemos convenido que al principio hay que ir poco a poco y para aprender los principios del «stop-motion» era mejor empezar por un proyecto sencillo. Algo como simples movimientos de la excavadora de un lado a otro de la pantalla.
El escenario no nos permitía grabar, desde una posición fija maniobras muy complejas, así que hemos pensado en fotografiar la excavadora atravesando la pantalla en diferentes sentidos.
En la segunda escena, hemos pensado que sería divertido que acabase estrellándose en la cámara. Como es difícil ir moviendo con precisión el vehículo paso a paso para que acabe en un lugar preciso, lo mejor es hacerlo al revés, empezar con la excavadora pegada a la cámara y hacerla retroceder a su posición inicial, para luego montar las imágenes en el timelapse en sentido inverso.
Hemos hecho fotos para tres escenas más, conscientes de que la del choque contra la cámara, realizada en segundo lugar, tendía que pasar al final del vídeo. Al finalizar la sesión de fotografías, las hemos cargado en el ordenador. Primero hemos usado Xnview para realizar varias tareas: disminuir el tamaño, para poder manejar mejor las fotos; recortar las fotos, para ajustar su tamaño al formato del vídeo (1920×1080) y renombralas y numerarlas correlativamente, después de dividirlas en cuatro directorios, uno para cada escena. La escena 4 ha requerido reordenar de forma inversa las fotos que habíamos tomado haciendo retroceder la excavadora, retirando una en la que se veía mi dedo empujando el juguete.
Todas estas tareas son sencillas de realizar con Xnview que en su menú de herramientas dispone de las opciones ‘Conversión por lotes’ que perite realizar múltiples trasformaciones y ‘Renombrar por lotes’ que proporciona asimismo muchas posibilidades. Os recomiendo esta herramienta multiplataforma, gratuita para uso particular.
Para montar el timelapse hemos usado ffmpeg desde la linea de comando.
ffmpeg -r 4 -f image2 -i [*]/foto_%2d.jpg -r 25 -s hd1080 [*]/escena.mpg
Son bastantes parámetros para recordarlos de memoria, así que yo tengo anotados los que usé con éxito en anteriores ocasiones y de esa forma abreviar el trance. En la linea de comando de encima de este párrafo solo hay que sustituir ‘[*]’ por el path completo del archivo, ‘foto_’ por el prefijo usado en los nombres de las imágenes y el 2 por el número de dígitos que tiene el numeral de la serie de fotos. Si no se empieza por la foto 01, hay que añadir un parámetro a la linea. después de ‘image2’ sería: ‘-start_number nn’ donde nn sería el numero de la primera foto.
Para hacer los títulos hemos usado una foto de la excavadora fuera de la serie. Con Inkscape hemos creado un lienzo del tamaño de un fotograma y hemos añadido allí los rótulos. Hemos tenido una controversia sobre este tema porque mi nieto quería poner los créditos al final, pero a mi me parecía que los fotogramas con el ‘FIN’, que ya estaban incluidos en la escena 4, eran un mejor final y poner los autores al principio, no me parecía muy heterodoxo, pero Victor es una persona de orden y he tenido que convencerle.
Después hemos buscado unos efectos de sonido parra nuestra animación. Ya casi nos estaban llamando a la mesa para comer, y hemos tenido poco tiempo para seleccionar. Hemos bajado un ruido de motor y un ‘¡crash!’ de Pixabay. Quizás no son los más apropiados, sobre todo porque el motor solo duraba un segundo y hemos tenido que repetirlo una y otra vez de principio a fin de la animación.
Para editar las escenas usamos Kdenlive que es una auténtica maravilla. «Kdenlive» es un acrónimo de «KDE Non-Linear Video Editor» y es un software que inicialmente era para GNU/Linux pero ahora funciona en BSD, MacOS y en Windows como proyecto GSOC.
Por fin, una vez editado y procesado el proyecto, pudimos disfrutar de la secuencia y atender a la comida. A los postres los subimos a Vimeo para poder compartirlo con vosotros.
Por mi parte, aunque no es el primer timelapse que hago con la técnica ‘stop-motion’, he disfrutado muchísimo, como casi siempre que hago algo nuevo con mi nieto. Está claro que probablemente la parte más satisfactoria de una actividad radica en el ‘descubrimiento’ cuando haces algo por primera vez, la satisfacción de la conquista de unos logros, la autoestima que produce verse capaz de superar un reto y la belleza de lo creado se unen como la mejor recompensa del esfuerzo realizado. Es algo que no desaparece nunca, pero cuando puedes ayudar a otra persona a seguir ese mismo camino de esfuerzo y satisfacción, tu recompensa se multiplica.
A Víctor le interesan muchas cosas, pero creo que le ha gustado y espero que este no será nuestro último timelapse en colaboración.