El Ictineo

A través de Microsiervos, encontré un interesante artículo en Inlgés sobre el inventor Figuerense Narcis Monturiol y su submarino, el Ictineo.
Narcís Monturiol es uno de esos hombres que supo ser «profeta en su tierra». Aqui nadie duda en atribuirle la invención del submarino, a pesar de que este es uno de esos inventos cuya gloria se atribuyen muchos ingeniosos constructores, o se les atribuye con mayor o menor malicia.

Ictineo
Reproducción del Ictineo en el Puerto de Barcelona

La polémica ha llegado incluso al artículo de Monturiol en la Wikipedia. Me resulta sorprendente porque yo creía que se trataría simplemente de unos puntos de vista excesivamente localistas, pero tampoco la Wikipedia no está a salvo de estos localismos furibundos.
Yo por mi parte diré que está sobrevalorado el hecho de ser el primero. En la historia de la tecnología ser el primero es solo un dato más, pero hay que considerar que muchas veces ha sido más influyente el que consiguió perfeccionar el invento, el que lo hizo rentable o que muchas primeras experiencias fueron arrinconadas a la espera de su redescubridor y muchos genios precursores no pudieron materializar sus correctas visiones por falta de madurez tecnológica o falta de medios o apoyo por parte de sus coetáneos.
Los inventos atribuidos erróneamente a sus explotadores son muchos. Bell no inventó el teléfono: solo lo patentó. Marconi no inventó la radio, solo la patento y explotó comercialmente. El militar español Julio Cervera poseia patentes 11 años anteriores y en la década de los sesenta el Tribunal Supremo de los Estados Unidos dictaminó que la patente relativa a la radio era legítimamente propiedad de Tesla. Se discute si el avión debe atribuirse a los hemanos Wrigth o a Santos Dumont y el también español y también militar Virgilio Leret patentó en 1935 el motor turboreactor que no pudo desarrollar debido a su temprana muerte a manos de los sublevados el 17 de julio de 1936. El helicóptero, invento de Sikorsky no habría sido posible sin los trabajos de Juan de la Cierva, como reconocieron también en su momento los tribunales norteamericanos y en Italia todo el mundo considera a Corradino D’Ascanio como inventor del helicóptero por su prototipo D’AT3, que solo hizo un breve salto y que habría requerido un trabajo de perfeccionamiento para haber sido un helicóptero realmente operativo.
En definitiva, un invento surge cuando la tecnología y los conocimientos científicos alcanzan su madurez. A veces algunos espléndidos visionarios se adelantan, no siempre con el apoyo de sus coetáneos, pero otras veces son diversos artífices los que llegan a las mismas conclusiones en una época de tiempo corta. Cada vez más los avances son producto de equipos de trabajo numerosos o de colaboraciones entre diversos equipos.
Es del todo evidente que Narcis Monturiol hizo aportaciones originales e importante al desarrollo de los sumergibles. La ingeniosa aplicación de un motor que además de su función propulsora producía oxígeno para la respiración de la tripulación no llegó a plasmarse en un éxito debido sobre todo a los fallos financieros del proyecto.
Los intereses económicos y la vanidad desvirtúan muchas veces la historia de una primera vez. Por eso, a mi me parece que el rasgo más notable en la biografía de Narcis Monturiol no es que fuera el primero o no en inventar el submarino, sino su actitud hacia la ciencia y la tecnología al considerar que no le correspondía lucrarse de sus inventos y negarse a patentarlos, al considerar que el conocimiento debía beneficiar a toda la sociedad. Esta actitud que será señalada por muchos como utópica unida a muchos otros rasgos de su personalidad hacen de Narcis Monturiol un hombre ilustre, que merece el respeto y el reconocimiento de la historia mucho más allá de si fue o no el primero en construir un submarino.

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¿Donde empieza mi intimidad?

La realidad supera la ficcion y el concepto de «Orweliano» se redefine cada nuevo día. Un reportaje de la corresponsal de la CNN en Israel, referenciado en Slashdot analiza las tendencias y proyectos de empresas de seguridad que investigan la posibilidad de analizar las intenciones y emociones de pasajeros y personal en los aeropuertos con el fin de detectar terroristas.
La idea es algo así como hacer un encefalograma a distancia y analizar la respuesta a estímulos subliminales como una fotografía de Bin Laden que aparece fugazmente en los monitores que muestran los horarios y las puertas de salida de los vuelos.

Controles de Seguridad
Controles de Seguridad aeroportuarios. Imagen (CC)por Enrique Dans en Flickr

Sería mucho más fácil si se pudiera entrenar fácilmente a los vigilanes jurados y agentes de policía en visualizar el aura tal y como describía Losbang Rampa en ‘El tercer Ojo‘. En cualquier caso, alrededor de la seguridad aeroportuaria se está formando un cuerpo de leyendas urbanas y mitología que reúne aún más supercherías que la obra del presunto tibetano.
Otros sistemas de seguridad ya han sido cuestionados como invasores de la intimidad del pasajero. Unos nuevos sistemas de Rayos X que atraviesan la ropa pero solo parcialmente el cuerpo humano de forma que desvelan la presencia de armas y otros objetos contundentes, pero no el esqueleto, como haría un equipo de Rayos X de los aplicados en medicina. Esto produce el sorprendente resultado de ‘desnudar’ al pasajero como en cualquier película de ‘erotica-ficción’ o en el sueño de cualquier adolescente en celo.
Pero ¿Donde empieza mi intimidad?. Cuando empezaron a usarse las huellas digitales como prueba judicial muchos encartados protestaron por lo que consideraban ‘una invasión de su intimidad’. En algunos países no existe el carnet de identidad y su mera mención provoca indignadas protestas mientras que nosotros consideramos algo práctico y natural. Y es que en una franja muy amplia, la intimidad depende de una percepción personal y su transgresión en beneficio del interés público una obligacion que nos impone el vivir en sociedad, lo peliagudo es que sobre algo tan intimo opinen y decidan los demás, tan cautos en asuntos de ‘corrección politica’ y tan fascistas en cuanto pueden poner ‘la seguridad’ como excusa.
A mi personalmente no me importaría que el empleado de seguridad me viera los gayumbos a cambio de no tener que vaciar los bolsillos y quitarme cinturón y zapatos en una escena que me parece molesta, abusiva, degradante y ofensiva además de completamente inútil.

Zapatos seguros
Zapatos seguros. Imagen (CC)por chenines en Flickr

Porque en general todos tenemos que soportar, cuando viajamos en avión, el absurdo de que se nos obligue a tirar productos cosméticos de alto valor o botellines de agua exactamente iguales a los que una vez pasado el control podemos comprar (a otro precio, eso si) en el «Duty free» correspondiente, que nos priven de un cortauñas o de unas tijeras de costura de escasos cinco centímetros y punta roma.
El problema es que finalmente quien soporta toda la incompetencia o el abuso del sistema es el usuario, sufrida víctima de recortes en sus derechos ciudadanos por parte de personal raramente cualificado. Todas estas medidas solo tienen por objeto convencer a algún estúpido que pueda quedar por el mundo de que nuestros políticos hacen ‘todo lo que pueden‘ para protegernos y que si llegase a ocurrir ‘lo peor‘ en ningún caso sería culpa suya.
Lo cual no deja de ser verdad porque en realidad es culpa nuestra que les votamos y porque los escasos movimientos de protesta tienen un mínimo eco social. El miedo es nuestro principal enemigo y un medio de coacción fácilmente utilizable contra nosotros.

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Avion Revue y Microsiervos

Leo en la lista de Correo «Iberian Spotters» a Luis Calvo, redactor jefe de Avion Revue el anuncio de que esta insigne revista de aviación tiene ya su sitio en la red de la mano de Microsiervos y me quedo completamente sorprendido y conmocionado.

Cabecera de Avion-Microsiervos

Lo de la sorpresa es producto de la discreción con que se ha llevado el lanzamiento de este sitio que sin duda ha de convertirse en una web de referencia para aerotrastornados.
La conmoción es porque me resulta chocante ver asociado el nombre de Microsiervos a una revista comercial en una apuesta tan clara. ¿Ha fichado Avión Revue a Wicho y con él al resto de los Microsiervos o por el contrario son los microsiervos los que han fichado a Luis Calvo?. Luis es sin duda uno de los aerotrastornados más insignes de España que vive y respira la aviación. Leer sus comentarios siempre implica aprender algo y su aportación no ha de desmerecer en absoluto los ya tradicionales comentarios de Wicho sobre aviación en Microsiervos.
Ahora tenemos un blog más que leer y un tema más que se desgaja del Microsiervos original. ¿Se convertirá este en una ‘familia de blogs’ temáticos? ¿Perderá interés el Microsiervos original?
En los primeros comentarios en la lista de correo «Iberian Spotters», como en otras en las que tanto Wicho como Luis Calvo son concurrentes habituales la reacción ha sido muy positiva, aunque Alberto Curieses decía encontrar a faltar una sección sobre simulación. Según ha escrito Wicho, :»no hemos hecho más que empezar y el listado de categorías es provisional del todo, seguro que acabamos metiendo temas de simulación porque es lo primero que nos está diciendo todo el mundo que echa en falta«.
Nuestros mejores deseos para este nuevo proyecto de divulgación aeronáutica.

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La Base de Submarinos

En la revista de Roses me han publicado este artículo que escribí como colaboración para Roses Digital. Lo que más me ha gustado son las fotos que se han currado para la web y la revista para ilustrar el artículo.

La aparición de las dos bolas blancas en lo alto del Paní fue un acontecimiento en Roses y en todo el Ampurdán. No era ningún secreto que era ‘la base de los americanos’ pero la naturaleza exacta de la misma quedaba oculta por un halo de misterio y especulaciones o los pocos testimonios de los que la habían visitado o trabajaban en ella.
A pesar de que los americanos abandonaron la instalación en 1964, una vez que el personal español adquirió el nivel adecuado para la correcta operación de los equipos, durante mucho tiempo y aún hoy en día para mucha gente la unidad militar del Paní sigue siendo ‘La base de los americanos’.
En los años sesenta, el ambiente de guerra fría y de sorprendentes y continuos adelantos tecnológicos combinaba el secretismo de muchos asuntos oficiales con las especulaciones sobre armas secretas, conspiraciones y fantasías más o menos pseudo-científicas.
En el Ejército del Aire los muchachos que llegaban a cumplir su servicio militar se encontraban con una organización llena de estrictas normas en gran medida incomprensible para unos muchachos sencillos, procedentes en su mayor parte de las poblaciones de la comarca.
El Código de Justicia Militar al que estaban sometidos y que se explicaba durante el periodo de instrucción tenía que sonar terrible para ellos. Además de un código de conducta extraño y ajeno a sus costumbres, las penas por infringirlo parecían terribles: desde pasar un mes arrestado en el calabozo con el consiguiente rapado al cero, …al pelotón de ejecución.
Los soldados que cumplían su servicio militar en la Zona de Asentamiento, podían pasar todo su servicio militar sin ver la Zona Técnica en la cima de la montaña. A los que tenían allí su destino se les recalcaba el carácter secreto de las instalaciones y la reserva a la que estaban
Obligados bajo amenaza de los terribles castigos previstos en el mencionado código militar.
Pasó que con el tiempo, cuando algún turista sorprendido preguntaba en Rosas o Cadaqués a un lugareño por la naturaleza de aquellas extrañas bolas en lo alto de la montaña, le decían: «Es una base de submarinos». El turista entre extrañado y divertido contestaba «¿de submarinos?, ¿en lo alto de la montaña?», el lugareño lo miraba con cara de «otro de la ciudad que se cree que los de pueblo somos tontos» y contestaba en voz alta: «no señor, no, la base de submarinos está debajo del mar, ¡claro!, al menos la entrada». Y proseguía «se trata de un tunel oculto bajo el agua que entra en la montaña. Por allí entran los submarinos, submarinos atómicos americanos, ¿sabe usted?, y cuando están dentro de la montaña emergen y allí a nivel del mar pero dentro de la montaña hay una base, Cómo le diría yo, …¿Usted ha visto ‘Los cañones de Navarone’, pues igual; túneles tubos para la respiración, pasillos con luces, máquinas…». El forastero interrumpía la detallada descripción con un «¡no puede ser!» lo que invariablemente empecinaba más al equipo local, «¡Hombre!, lo que yo le diga, que a mi me lo ha contado mi primo que estuvo allí haciendo el servicio militar y lo ha visto». Ante la contundencia y firmeza del testimonio al visitante solo le quedaba intentar encontrar alguna grieta en la historia y frecuentemente preguntaba «Y entonces, las bolas ¿para qué siven?» El equipo local miraba por fin con condescendencia al escéptico y como quien perdona una deuda y ha decidido decir su última frase, remataba: «¿Pues que va a ser?, un ascensor, naturalmente, ¿por dónde si no se iba a bajar a la base de submarinos?».
Esta es la historia que desde los años sesenta circula por la zona y puedo asegurar que recientemente aún me preguntaban por su veracidad.
El origen de la historia es el siguiente. En la Zona Técnica, la sala donde se encontraban las pantallas de radar tiene una disposición de graderío. Los diferentes niveles en los que se disponían alineadas las consolas y equipos de comunicaciones, estaban sobre una estructura de madera. Bajo el nivel más alto y después de la puerta de acceso había una habitación que se usaba como despacho y dormitorio del controlador de servicio. Alargada, estrecha, llena de cables, tubos, el mobiliario de oficina y el catre donde echar una cabezada en los momentos de poco trabajo. Como consecuencia de la escasa ventilación el cuarto era algo maloliente, por lo que recibía, en el argot de la unidad, el nombre de ‘el submarino’. Hasta tal punto que en el listín telefónico de la unidad, una publicación hecha en una imprenta, ponía: «submarino: 217».
Los muchachos que hacían el servicio militar invariablemente descubrían esta línea y especulaban sobre su significado. Temerosos de mostrarse curiosos ante sus superiores o de ser objeto de burla de los veteranos debatían entre ellos: «Los americanos, muy listos, pero esto se les ha escapado: ‘submarino’, así que lo que hay allí es un submarino», otro más sensato decía «¿submarino?, ¿Cómo va a haber un submarino en la montaña?», y el otro defendía su tesis: «¿Pues que te has creído?, los militares son gente seria, si aquí pone con letras de imprenta ‘submarino’, ¡es porque hay un submarino!». Y de aquella sencilla deducción a contarlo en casa y a buscar explicaciones o porfiar asegurando «yo lo he visto» para no quedar por tonto, solo hay un pequeño paso. Lo demás, es leyenda.

Roberto Plà
http://robertopla.net/

Articulo

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Cuestión de necesidad

Según publicaba el diario El Pais el día 26/11/2008, el presidente de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica, John Kennedy, cree y además dijo en FICOD 2008 que «hay que atacar a la piratería desde los proveedores» y como medida proponía «cortar Internet a todos los que se bajen música ilegal«. Pero aunque estas dos perlas ya dan una idea de la mentalidad cavernícola de este espécimen, la que me gustaría destacar por encima de todas es la siguiente:

«la industria de la música necesita para sobrevivir un mercado basado en la legalidad que le reporte beneficios para poder invertir en la producción y promoción de artistas y música»

No puede ser que el representante de un sector industrial, elemento significado del capitalismo olvide uno de los principios básicos de la economía: que el mercado no se mueve según las necesidades de la industria, sino de los clientes. La misión asignada a los productores en el capitalismo es buscar un nicho de mercado y llenarlo, identificar una necesidad de los consumidores y satisfacerla a cambio de su dinero.

Y aqui simplemente se pretende hacer un burdo chantaje: o me pagas, o te corto el acceso a internet. Da igual que te guste la música o que veas películas, sencillamente como tengo a sueldo al poder tienes que pagar para que yo me enriquezca , siga buscando músicos a los que explotar para que toquen la música con la que te haré bailar a mi son. ¡Paga y baila!.

George Orwell se quedó muy corto al imaginar al Gran Hermano.

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Tolerancia

En el nº 292 de la Revista Tierra, Mar y Aire, de mayo-junio de 2008, aparece un artículo escrito por Ignacio Martínez Eiroa, Teniente General del Aire. El titulo del artículo es «Tolerancia, Autoridad y Orden» y dado que por la composición de la página, presenta algunas dificultades para su lectura, me he permitido hacer una copia en formato texto para facilitar su lectura.

El artículo me parece una excelente reflexión sobre un problema muy interesante y vital para la convivencia: la diferencia entre «no discutir«, «pasar por tonto«, «dar la razón» (como a los locos) o «comulgar con ruedas de molino«.

El autor expone que el significado de la palabra tolerar es «Permitir algo que no se tiene por lícito, sin aprobarlo expresamente» y que por tanto semejante actitud no puede ser considerada como una virtud tal y como hoy en día se ensalza sino como una falta de honradez y una abdicación de los propios principios.

Sin embargo no estoy completamente de acuerdo con el planteamiento. A la argumentación del General Eiroa yo haría dos consideraciones.

La primera es que al permitir algo que consideramos inapropiado -ser tolerantes- por una parte reconocemos la posibilidad de estar equivocados y por otra esperamos que los que piensan diferente de nosotros nos correspondan. Tolerar no implica cambiar nuestro concepto de lo cierto y lo falso, sino reconocer que no somos perfectos y por tanto podemos estar equivocados y admitir que pueda haber otros que tengan otro concepto de lo cierto y lo falso diferente del nuestro y que a su vez nos consideren equivocados con el mismo derecho que nosotros a ellos.

La segunda seria decir que una vez hecha esa consideración hay que encontrar una formula que permita convivir y decidir cual de varios puntos de vista diferentes será el que se aplique. Y la fórmula está clara cuando se habla de «Democracia» y de «Estado de Derecho» que tiene sus normas y establece como han de tomarse las decisiones. Como esa es la piedra angular de la convivencia, la clave que permite no solo la «tolerancia» sino la propia convivencia en busca del bien común, ahí no hay transacción posible y se debe ser radicalmente beligerante con el que no respete las normas del juego. Por que los que se comportan así tampoco cumplen nuestra primera expectativa ya que nunca serán tolerantes con nosotros.

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La verdad, toda la verdad, nada más que la verdad.

Eso es lo que dicen los oficiales de juzgado americanos cuando toman el juramento a los testigos. La verdad, según el tópico, es «la primera baja en una guerra», lo cual deja a los militares, o al menos sus actividades, envueltos en un halo oscuro de mentiras. Las fuerzas armadas estadounidenses, que participan en muchas guerras no están exentas de esa sospecha y de hecho, desde la guerra de Vietnam el control de la información que sale del campo de batalla es una auténtica obsesión de los mandos militares cuyo momento más álgido fue alcanzado en las operaciones para la invasión de Afganistán e Irak y las operaciones posteriores en estos países donde la difusión de noticias e imágenes como las de las torturas en la cárcel de Abu Ghraib ha puesto en serios problemas y causado graves daños de imagen a los Estados Unidos.

Sin embargo, con las imperfecciones y los defectos propios de la condición humana y las limitaciones que impone la influencia de importantes centros de un poder político y económico inmenso, hay que reconocerle a la sociedad norteamericana su pasión por la verdad y su búsqueda continua de la misma, que ha dado ejemplos famosos por su repercusión política al poner limites incluso al poder del presidente de la nación.

Por ello resulta interesante el caso de la foto de la General Ann Dunwoody. Se trata de la mujer de mayor graduación en el Ejército y recientemente ha sido promovida a General de cuatro estrellas, el equivalente al español «General de Ejército». El Army estadounidense facilitó a la prensa una fotografía de la militar en la que se la ve con una bandera estadounidense de fondo. La agencia de noticias Asociated Press al descubrir que la foto había sido retocada, ha suspendido el uso de fotos del Departamento de Defensa en sus informaciones.

US Gral Dunwoody
A la izquierda, la foto original de la General Ann Dunwoody y a la derecha la imagen alterada antes de su envío a Associated Press (AP). En el centro se muestra el aviso de eliminacion de la imagen remitido por AP a los editores.(Foto de la noticia de la BBC)

El departamento de Defensa se ha disculpado diciendo que el retoque de la foto que no saben quien ha realizado y -por supuesto- que ‘nadie’ ha ordenado, no desfigura la realidad de la informacion pero la Agencia de noticias asegura que su política sobre la manipulación de imágenes es clara: no admiten ningun tipo de retoque. Y resulta curioso que una agencia ‘castigue’ al poder político renunciando a una fuente de imágenes fabulosas por una cuestion de «maquillaje», pero el principio está claro y marca una posición admirable y un ejemplo a seguir: cuando dejas que te engañen ya nunca sabes «cuanto» te están engañando, por tanto solo es admisible la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.

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La madre de todas las listas

Veo que hay algunos blogs en los que su autor no se resiste a hacer una lista de cosas que recomienda. Algún blog parece en realidad una sucesión de listas. Esto de las listas está bien, porque en muchos casos te ahorra mucho trabajo. Si buscas una fuente tipográfica o una aplicación Web 2.0 o un plugin para WordPress, pues es un ben camino encontrar algunos de ellos listados y comentados por otra persona, te ahorra trabajo preseleccionando lo que tu también habrías encontrado en Google y habrías tardado mucho más en leer y valorar.
Pero como en todas las cosas , no hay que ser ni un fanático de las listas ni concederles un crédito ilimitado. Las listas son opiniones y como tales, discutibles, por muy experto que sea su redactor y nos las presenten como relación de elementos ‘imprescindibles’.

Yo recopilo listas de las cosas que me interesan: Software libre, aplicaciones web, elementos de diseño, consejos sobre fotografía o escritura…Las almaceno en Delicious bajo la etiqueta ‘Lista’ y de allí he sacado esta lista de listas, la ‘Madre de todas las listas’ para quien pueda interesar.

Siguiendo mi propio ejemplo, tomadlo como un atajo en el trabajo de seleccionar lo que buscais. Cada uno tiene que saber lo que le conviene y oir las opiniones de otros para formarse un criterio.

Y un último apunte. El factor de selección es más fuerte en las listas cortas que las largas. Está muy bien el que hace una lista corta de productos recomendados en base a su experiencia pero hay otros tipos de listas también muy útiles que son las que solo tienen un afán recopilador, sin sugerir preferencia por uno u otro elemento. Espero que esa lista te sea útil y no te olvides incluir este artículo en tu «lista de artículos favoritos»…salvo que seas supersticioso y no te gusten las listas de trece elementos.

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Efecto San Mateo

En la Academia General del Aire de San Javier se conocía como ‘carterismo‘ a la tendencia de los profesores por poner mejores notas, a igualdad de méritos, a los alumnos de los primeros puestos del escalafón. Se dio el curioso caso de alguna asignatura en la que no se hizo examen y las notas se atribuyeron ‘por orden de escalafón’. Dada la importancia de este en una profesión en la que entonces se ascendía en escala cerrada con ocasión de vacante, los protos se justificaban diciendo que de esa forma ‘no alteraban el status quo‘.
Sin embargo cuando la evidencia rozaba el sarcasmo era cuando te preguntaban en clase. En la Academia se preguntaba la lección en clase cada día a varios alumnos, como en los colegios de nuestra infancia. Si el profesor sacaba a uno de la cola y este recitaba la lección de memoria, con puntos y comas el comentario solia ser algo así como: «¡Vaya, hombre! si ha estudiado usted, ¿Que santo se ha descolgado del cielo?. En fin , le pondré una buena nota: un seis«.
Cada uno tenía hechos unos pronósticos sobre cuando podía tocarle a él. Si un día te tocaba, el siguiente era muy poco probable. Los ‘primeracos‘ eran los que más afinaban en estos cálculos, pero a veces también falla ala estadística y sucede lo improbable. Si tal cosa ocurría y el proto pillaba a uno de los primeros de la clase como vulgarmente se dice «en pelotas«, osea, sin haber visto la lección ni por los forros la escena era también previsible. El primeraco salía a la pizarra y muy digno recitaba como un papagayo la lección del día anterior, pronto o tarde el profesor protestaba con más o menos énfasis y preguntaba algo de la lección del día u omitía ese triste trámite de resultado conocido. Finalmente decía: «¡Pero hombre!, ¿Que ha pasado hoy?, La cosa está muy floja, me veo obligado a ponerle nada más que un seis»

A formar para deporte!
Boceto. Granada, entre 1976 y 1978.

Ahora no consigo averiguar como lo encontré, pero fue navegando por la red, en algun sitio había un enlace al blog ‘Juegos de Ingenio’ donde se comentaba el ‘Efecto San Mateo’ que consiste en ‘Dar más al que más tiene’ y se basa en el versículo del Evangelio según San Mateo:

Mt. 25:29, dice:
Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

Yo no sabía que se llamaba así, ni el origen evangélico del nombre. Tampoco sé por qué en la Academia se conocía como ‘carterismo’. Para ir a clase llevábamos una cartera de cuero con los libros. ¿Dar más al que más lleva libros en la cartera, es decir, estudia más?. No sé, habrá que seguir investigando.
El caso es que el nombre en cuestion tiene su respuesta en una búsqueda de Google y entre las referencias encontramos aplicaciones en los más diversos campos, desde la educación a la economía. Por mi parte voy a dejar el tema aquí. Algún día escribiré sobre lo difícil que era la vida en la cola.

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